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lunes, 18 de octubre de 2010

“No quiero vivir peor que nuestros padres”


Un País que tolera la corrupción es un País que va a menos. Este es un comentario que escuchaba en un congreso internacional para jóvenes celebrado en Madrid recientemente. Sin ir mas lejos, ese mismo día aparecía en el diario El País, el siguiente titular: “El PP de Madrid usó financiación ilegal, falseó facturas para la campaña de Aguirre”. Un montante de un millón de euros “por donaciones en el bienio electoral”. En esos titulares, se pone de manifiesto que existe un “sistema de facturación dual de los actos enmascarando la realidad verdadera….a través de una fundación vinculada orgánicamente al partido. Existe una propensión al intercambio de favores”. Por no mencionar también los tantísimo titulares y la situación de auténtico caos y corrupción consentida en la Comunidad Valenciana. Los últimos titulares: “La ayuda valenciana a Nicaragua se gastó en un mes en dos pisos, extractos bancarios confirman dónde fue a parar”. En este sentido, podríamos llenar columnas y columnas con material que da autentica vergüenza. ¡Esto es patético y consentido¡. 
Un País y sus ciudadanos no pueden ni deben soportar esa situación por más tiempo. La Justicia tiene que aplicar la ley en toda su amplitud. Si es cierto lo que se dice de corrupción que se aplique y sino que se aplique contra quienes dicen que la hay. Pero que se aplique cuanto antes. La imagen de los políticos y la política en general en estos momentos es patética. Por el contrario la reacción del ciudadano y de los jóvenes en general es de total apatía y “pasotismo”, se encuentran desmotivados. En una de los debates en un foro del congreso internacional mencionado se comentó que la gran mayoría de los jóvenes se sienten como ciudadanos de segunda y se preguntan para qué van a participan, no se sienten partícipes de la política actual, de cómo se están haciendo las cosas e impotentes, optando por la no participación a nada. 

En este Congreso, Jóvenes construyendo mundos,. Capacidades y límites de una acción transformadora, en el foro de debates sobre las políticas de juventud, quedó bien latente el desencanto de nuestra juventud, motor de este país. Un desencanto por falta de estímulos y de credibilidad hacia los políticos y las instituciones. A mi modo de ver es grave, muy grave, y parece ser que no se enteraran nuestros gobernantes. Si ya nos lo decía Platón cuando hacía referencia a los asuntos de los jóvenes y el cuidado que hemos de tener con ellos, “…porque de lo contrario, mejor no hablar de ello”. 

Por otra parte, asintiendo mis palabras, el profesor Joel Mokyr, historiador económico y estudioso del impacto de los avances tecnológicos en el desarrollo, afirmaba categóricamente (recogido en el diario el País) que “es mejor legar a nuestros hijos y nietos un Estado educado que un Estado sin deudas”, Una nación sin educación jamás será próspera comentaba Joel Mokyr, el académico en Madrid en la X Conferencia Figuerola en la Fundación Ramón Areces. Coincidimos con este pensamiento con esta idea aparentemente tan simple y sencilla, pero tan profunda en la forma y en los contendidos. Más como dice Mokyr, “un gobierno ineficiente paraliza la innovación tecnológica y acaba por naufragar en la corrupción”. Esta máxima se podría aplicar al gobierno de la Comunidad Valenciana y a la de Madrid, ambos a la cabeza de corrupción política a todos los niveles. Una corrupción que es el mayor enemigo del desarrollo de todo país. Un desarrollo entendido hacia la ciudadanía no hacia unos pocos, no hacia los amigos de turno, de partido o hacia una clase dominante en lo burocrático como los casos de china o Rusia. Un desarrollo con amplitud hacia los ciudadanos y los más desfavorecidos.
Un panorama negro 

Con todo ello nos encontramos con un panorama bastante desolador en una primera visión, segunda y más allá también. Una juventud baja de moral, desencantada en general, unos políticos desacreditados en una mayoría, otros esperando a un “Mesías”, una situación de corrupción sostenida, alentada por unos cuantos, manifiestamente perversa; pero que nadie todavía le pone el cascabel al gato, nadie ha dicho esto está mal y esto esta bien. Imputados en corrupción ocupando puestos de relevancia en lo político e institucional, aguantando carros y carretas otros, mirándose de reojo otros por si me salpica, los que todavía permanecen mirándose al ombligo, etc. Mientras todo eso acontece tenemos una situación con tasas altísimas de paro y de paro juvenil sobre todo a la cabeza de Europa. Y unas tasas de fracaso escolar que dan miedo. Sin comentarios añadidos. 

Participar y reflexionar 

Frente a este panorama negro, como el tizón, la pregunta que se hacen muchos ciudadanos es la que está entorno a las soluciones: ¿Qué se puede hacer?, ¿Qué puede hacer un ciudadano de a pié frente a eso..tiene solución, hasta cuándo..?. No hay varitas mágicas en las soluciones, eso lo tenemos claro todos, ni Mesías salvadores de la patria (eso sí me da miedo), pero sí un mayor compromiso e implicación de los ciudadanos en la solución a los problemas. No dejar o mirar a la otra parte para evitar verlos. No hay que esconderse, pensar que depositando el voto cada cuatro años es suficiente. Hay que implicarse, hablar, conversar, gritar a voces, reflexionar, participar en lo colectivo. El pensamiento ilustrado puso la primera piedra en las revoluciones que vendrían a posteriori. Los ciudadanos tenemos que buscar ese punto de encuentro dejarnos oír no solo depositando la papeleta cada cuatro años. Los ciudadanos tenemos que exigir a nuestros representantes más trabajo y dedicación, buscar fórmulas más participativas, tenemos que hacer una revolución frente al inmovilismo participativo, frente a la corrupción consentida y manifiestamente perversa.

Los jóvenes en Francia ya están reaccionando, como decía uno de ellos recientemente en una manifestación en París delante de la barrera policial, “no quiero vivir peor que nuestros padres”. Algunos piensan que se está fraguando un segundo mayor del 68 con los acontecimientos que se están viviendo en Francia con los ajustes del gobierno de Nicolas Sarkozy. Uno de los motores más importantes de un país son los jóvenes habrá que estar a la expectativa y atento.

3 comentarios:

  1. Hola, imagino que sabes quién soy, seguro que sí.
    Aquí hay mucho que desgranar...me encanta tu casa. Shusss guardame el secreto ;) nos leemos por allí. Un abrazo.

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  2. Es muy interesante todo lo que se pone, y se puede hablar mucho, discutir, etc, .......pero hay dos o tres cosas que me quedo:
    -Si alguien es culpable o no, que sean los tribunales quienes lo juzguen y se pruebe la autenticidad de lo que se denuncia, porque en estos tiempos hay que ser muy objetivos (oportunistas hay en todas partes), como bien dices estamos en épocas de corrupción, etc...

    -Que bien que pienses así, yo lo tengo clarísimo y no hay razón para convencer de lo contrario...la educación es BÁSICA y FUNDAMENTAL¡¡¡, pero que pasa...que los resultados se ven a largo plazo, pero es la única forma de llegar a mejorar, de que se cree una sociedad formada, educada y respetuosa, pero parece que se quiere lo rápido y chabacano y con ello, mala calidad de personas.......que eso es lo PEOR.
    -Y la apatía de los jovenes, como se podría combatir???,...es clave también...
    no te aburro más, jajajja
    bsito

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  3. Bueno, creo en parte justificada la apatia o las pocas ganas de ahcer de un sector de la juventud,nada ni casi nadie les motiva, todos esperamos que por generación expontanea el joven tenga que ser un ser insurrecto,inconformista y seguramenete lo es, lo que pasa que se ha acomodado, ¿para que luchar si todos son iguales?. Pienso que se debería dar ejemplo, tal vez con esa idea de que se juzgue a unos y a otros hasta saber quien tiene razón y quien sea culpable, que pague. No creo que valga solo eso, ademas lo no culpables, tendrán que enmendar todo lo que ya está desecho.

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