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miércoles, 2 de diciembre de 2009

Reflexiones a cerca de los programas de intercambios.




Recuerdo hace algunos años unas declaraciones que hacía la que fuera por el año 2003 Comisaria de Asuntos Sociales de la unión europea Anna Diamantopoulu, haciendo hincapié en la necesidad de invertir de calidad en la formación, frente a lo que se decía en el Comité de las Regiones en Bruselas: "…alrededor del 10 por ciento de la Juventud comunitaria presenta un estatus cero, lo que significa que no se benefician de ningún aspecto educacional, formativo o laboral, ni tampoco pueden solicitar el subsidio de desempleo. Lo que promueve la alienación y la delincuencia en este grupo de edad, problema que el dictamen animaba a combatir mediante programas de reinserción".
Esa situación extrema que planteaba entonces entre jóvenes, me llamó poderosamente la atención. Unos jóvenes que no tienen formación y no tienen experiencia laboral. Unos jóvenes que al no tener empleo no tienen experiencia, más al no tener formación no tienen trabajo; en suma, tienen un futuro bastante incierto. Unas declaraciones que hay que situarlas temporalmente hacia principios de los dos mil.
En estos momentos esa misma situación penosa la tenemos en España, con un 40 por ciento de paro juvenil, jóvenes menores de 24 años; y sobre todo en la Comunidad Valenciana. El otro día en uno de los periódicos gratuitos, que regalan por la calle, se podía leer el siguiente titular: “Unos 562.000 jóvenes ni estudian, ni trabajan ni buscan empleo”. Estas cifran-indicaba el
diario- alcanza al 9,2 por ciento de nuestros jóvenes españoles con edades comprendidas entre los 20 a 29 años, unos datos de la última encuesta de población activa (EPA).
Los jóvenes con ese perfil son en líneas generales los que participan en las Escuelas Taller. Unos Programas, que han sido muy bien valorados en la Comisión Europea de Empleo y Asuntos Sociales, calificándolos como una “buena práctica
[1]” como quedó reflejado en los informes presentados en la Comisión[2]. Un Programa dirigido hacia los jóvenes desfavorecidos.
Si desde estos centros se puede conseguir que nuestros jóvenes participen, con otros jóvenes de similares características en Programas europeos, en donde se potencian los valores, el aprendizaje de las Lenguas y la participación, todo ello en un contexto intercultural, creo que vamos por el buen camino.
En ese comentario expuesto con anterioridad es donde comienza la aventura de los intercambios; y nos referimos a un Programa que da vía libre a la implicación del trabajo con grupos de iguales en un contexto de trabajo participativo: Los
Europe Chantier, que se enmarcan dentro del programa Leonardo da Vinci y recientemente en los proyecto de estancias formativas en países europeos del Servef en la Generalidad Valenciana.
Uno de los objetivos del Programa Leonardo da Vinci y movilidad, del Ministerio de Educación es el de posibilitar a los jóvenes con dificultades de integración, el formarse en un contexto intercultural europeo, y facilitar la inserción socio-profesional de estos jóvenes con una pedagogía activa y concreta a través de los talleres.

Objetivos específicos


Naturalmente, de ese objetivo general parten otros objetivos más específicos y que coincidimos plenamente con el Leonardo, a la hora de llevar a cabo los intercambios o Euro Chantiers: Apoyar a los jóvenes participantes en las actividades de formación para la adquisición, uso de conocimientos, competencias, y cualificaciones con miras al desarrollo personal y profesional. No siempre se consigue, sobre todo teniendo en cuenta el marco temporal en el que nos movemos habitualmente, pues contamos con tan solo quince días para el intercambio. Pero, ese tiempo lo podemos dar por bien empleado en muchos de los casos. Además, pretendemos con ello apoyar esas mejoras en la calidad y la innovación del propio Programa de las Escuelas Taller y aumentar el atractivo y la movilidad para los jóvenes trabajadores. Son retos que nos parecen interesantes y no debemos perderlos de vista.
En este marco intercultural surge a principios del año dos mil lo que se conoce como Euro Chantier, talleres para el aprendizaje a nivel europeo. Con el nombre de Europe Chantier se conoce a un encuentro transnacional que acerca los jóvenes a Europa. Los encuentros entre los jóvenes participantes de distinta nacionalidad se denominan “Euro-Chantiers”. La duración es de una a cuatro semanas de promedio en un contexto intercultural.
En los Euro Chantiers los jóvenes realizan una obra o un producto en común, llamado “Chantier”. Y durante ese tiempo uno de los objetivos va a ser: despertar, discutir los conceptos de Europa y la ciudadanía europea; al tiempo que se profundiza en el conocimiento y sentido de pertenencia a Europa: Es la formación en Europa. Los Europe Chantier fueron aprobado por la Comisión europea en la convocatoria de 2003, y desde entonces se han llevado a cabo varios en Alemania, Francia y en España (LLiria, Sagunto, Isla Cristina, La Eliana).

El aprendizaje intercultural nuevos retos, nuevas propuestas

Es importante recalcar ese espacio intercultural en donde cohabitan los Euro Chantiers. Hoy en día no podemos dejar de lado una realidad evidente y es que nos encontramos ante una Sociedad pluricultural. Por ello es necesario profundizar en la búsqueda de estrategias de actuación ante dicha realidad. En un amago de reflexión inmediata, recurro al artículo de Juan Gómez Lara “Interculturalidad en la sociedad del siglo XXI”, que trata precisamente de dichas estrategias. Un trabajo mencionado por Fernando Barbosa, Investigador del programa de Migración y Multiculturalidad de la U.A.M.
En su artículo Juan Gómez, hace hincapié en que cualquier intervención “debe ir dirigida o al menos tener en cuenta los diferentes intereses y necesidades que experimentamos las personas que vivimos en estas sociedades multiculturales”. La falta de una evaluación con detenimiento, es una de las cuestiones pendientes a la hora de tratar los temas de integración e interculturalidad.
La interculturalidad es una realidad y hay que vivirlo como tal aquí y ahora. Dentro de esta línea apunta Gómez una serie de de las que comparto y resumo de la siguiente forma: Promover el encuentro y comunicación, luchar contra las visiones simplistas y discriminatorias, potenciar la diversidad cultural y el descubrimiento de otros valores culturales, tomar conciencia del mundo diferente y desigual y aprender a afrontar los conflictos de forma positiva.

La intervención desde las Escuelas Taller

Por último en esta reflexión compartida con los profesores, resaltaría el contacto entre las personas de diferentes culturas, pues potenciándolo lo que hacemos es aprender mutuamente. La intervención desde las Escuelas Taller es tremendamente interesante, podemos trabajar por el respeto hacia lo diferente a través de los intercambios, y por una Sociedad más ricas y variada y más plural. Se puede combatir el racismo, la discriminación y la xenofobia.

En nuestra opinión y recogiendo los autores ya mencionados anteriormente, desde los intercambios podemos trabajar sin errar la educación intercultural, con un enfoque integrador, recogiendo las experiencias habidas. Debemos movilizarnos hacia un cambio de actitudes, que inviten a cambios más globales. Desde nuestra posición podemos trasformar la realidad de forma consciente y responsable. Para ello es preciso facilitar estrategias que ofrezcan a quien aprende la experiencia positiva de su potencial como generador de cambios.

La propuesta educativa que plantea Juan Gómez, constata tres planos interrelacionados: sentir, pensar y actuar; y para iniciar el proceso de aprendizaje intercultural se a de emplear una pedagogía que se base en la “construcción del conocimiento”. Todo ello a partir de la interacción de las diferentes culturas; tarea que sin duda requiere de un gran esfuerzo tanto para las organizaciones o institución que lo lleven a cabo como para los docentes y personal que lo lleva a cabo.

A través de los intercambios entre jóvenes a nivel europeo, estamos proporcionando la adquisición de competencias y constituyendo un instrumento clave para brindarles oportunidades de aprendizaje no formal en una dimensión europea. También lo hacen Programas tales como “
Juventud en Acción”. Con ello cumplimos de alguna manera, la consecución de los objetivos de la estrategia revisada de Lisboa, el Pacto Europeo para la Juventud, así como el marco de cooperación europea en el ámbito de la juventud y el plan D de la Comisión de democracia, diálogo y debate

Por último, queremos tener muy presente la característica esencial del empleo en el siglo XXI, la capacidad de aprender y adaptarse durante toda la vida activa. En este sentido el Dictamen del Comité Económico y Social Europeo (CESE) identifica dos vías principales para mejorar la situación de los jóvenes en el mercado del empleo: proporcionarles más y mejor educación y mejorar la transición entre el final de la vida escolar y la inserción definitiva en la vida activa

[1] Study commissioned by the European Commission, DG Employment and Social Affairs in the framework of the Community.Action Programme to Combat Social Exclusion 2002 – 2006. Andy Biggart, Luis Capucha, Torben Bechmann, Andreu López Blasco, y otros. Tübingen, October 2005[2]EMPLOYABILITY AND LABOUR INSERTION PROGRAMMES FOR YOUNG PEOPLE:
Workshops and School (Escuelas Taller) or Trade workshops (Casas de Oficio). Equipo de investigación Area.
[3] Diario Oficial de la Unión Europea C 204/95.

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