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miércoles, 15 de febrero de 2012

Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad

En la lista de las 10 estrategias de Noam Chomsky quizás estas dos: la ignorancia y la mediocridad merecen una profunda e interesante reflexión. Tanto la ignorancia como la mediocridad son dos aspectos que he ido citando, en más de una ocasión, a través de Baltasar Gracián en su libro El Arte de la Prudencia. Este ilustre pensador del S. XVII nos describe en muchos de sus aforismos la ignorancia de las personas, sus males y la mediocridad de muchos de ellos. En su aforismo 4 nos expone que “un hombre sin conocimientos es un mundo a oscuras”. Es necesario tener ojos y manos, es decir, juicio y fortaleza. Sin valor, es estéril la sabiduría”. Insiste Gracián en la importancia del saber, en estar instruido y en la prudencia, por supuesto. 
La séptima de las estrategias de la manipulación, según Chomsky, trata de “mantener al público en la ignorancia y la mediocridad”. Con esto se consigue que el ciudadano sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. Por eso la EDUCACIÓN es de vital importancia, recalca Chomsky. Se me revuelven las tripas cuando escucho que recortan en Educación, precisamente en Educación. ¿Por qué no se recortan los salarios de los banqueros, de los que han producido los activos tóxicos, de los futbolistas que no pagan impuestos, de los políticos que cobran salarios por ocupar varios cargos…? Pero, señoras y señores, el ciudadano cuanto más ignorante sea, mejor que mejor, cuanto menos se entere de lo que está ocurriendo, mejor para quienes manipulan las finanzas y utilizan el poder político para enriquecerse, ellos y los suyos: “los bancos fueron una increíble fuente de ganancia porque incurrían en apuestas mayores, más arriesgadas, metiendo más dinero sobre la ruleta”, como explica Jon Lancherter en su libro ¡Huy! Por qué todo el mundo debe a todo el mundo y nadie puede pagar (2011). Como dice Lancherter: “Si la crisis económica global puede reducirse a un solo fenómeno, este fenómeno es que nadie sabe qué bancos son solventes”. Es que nadie en estos momentos se fía de nadie, porque nadie es de fiar.

A través de la Educación se puede manipular malvadamente a las clases sociales más bajas, comenta en su libro el lingüista Noam Chomsky. Este autor considera que la educación que se da a las clases sociales inferiores es pobre y mediocre, de tal manera que “la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposible de alcanzar para las clases inferiores”. Que mejor manera para llevar a cabo las malévolas estrategias que ir quitando protagonismo a lo público a favor de lo privado. El que quiera estudiar, el que quiera formarse ….. que se lo pague. El gobierno está encubriendo los recortes en Educación a través de reformas educativas “necesarias” y desacreditando todo lo público. Esta política neoconservadora arrolladora y mezquina beneficia a una clase social determinada.

Como dice Baltasar Gracián, en su aforismo 183, “hay cabezas de hierro difíciles de convencer, con una irremediable vehemencia”. Fíjense que Gracián relaciona lo caprichoso con la obstinación y con la necedad. En estos momentos, no sólo se está produciendo con mayor ímpetu esa manipulación con el distanciamiento encubierto entre el sistema educativo público y el privado, sino que ese distanciamiento empeora la calidad de la educación que va dirigida a las clases desfavorecidas económicamente.

La mediocridad

La estrategia sobre la manipulación trata de estimular, según Chomsky, al público a ser complaciente con la mediocridad: Está de moda ser mediocre, vulgar, estúpido, inculto. ¿Cuántas veces se han sentado delante de la televisión y han pensado lo inútil que es lo que tienen delante de sus narices? ¿Cuántas veces? ¿Y cuántas veces han cogido el mando del televisor, le han dado al botón para apagarlo y se han puesto a leer un libro, por ejemplo? De tanto insistir a través de los medios un@ llega a pensar que ser mediocre es normal; que ser inculto y vulgar es totalmente normal; que pasar de todo lo que te rodea y acontece, es normal; que pasar de la política y de los políticos es normal. Todo es mediocre, por tanto si soy mediocre es normal también. Reproduzco las palabras de Mayor Zaragoza, exdirector general de la Unesco y Presidente de la Fundación Cultural de la Paz, que decía en un artículo publicado recientemente en El País que: “Lo más peligroso de la inacción es que se extiende la impresión de que las cosas son como son, de forma inexorable, como el propio destino. Y se reduce y atenúa la facultad creadora distintiva de la especie humana”.

Por último, quisiera hacer hincapié en lo instructivo que puede ser en estos momentos de crisis una buena conversación con un@ amig@, o en palabras de Gracián: “El trato amigable debe ser una escuela de erudición y la conversación una enseñanza culta. Hay que hacer de los amigos maestros y compenetrar lo útil del aprendizaje con lo gustoso de la conversación”. ¡Dejen de lado toda la basura que nos están metiendo por todos los costados y conversen con sus amigos, lean y piensen!

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