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sábado, 29 de marzo de 2014

Unos, los terrenales y otros, en el limbo


Termino de leer la noticia sobre las declaraciones que hacía en la Cadena Ser el Presidente de la CEOE, Juan Rosell, defendiendo al recientemente reelegido presidente de la CEIM, Arturo Fernández, preguntado por la acusación contra él de haber pagado en negro a sus trabajadores. 

El presidente de la CEOE ha defendido a su homólogo de la CEIM, Arturo Fernández, diciendo entre otra “frases históricas” que:"De vez en cuando todos, a veces, tenemos multas de tráfico o de alguna inspección fiscal que dice que en vez de pagar lo que has pagado tienes que pagar el doble". El señor Arturo Fernández está “acusado de fraude a la Seguridad Social además de presunta imputación en el caso Bankia, sobre los supuestos pagos en negro a sus trabajadores”. 
- ¿Qué tienen que ver una multa de tráfico con un fraude a la Seguridad Social? Ahora se lo explicaré y verán como lo entienden ustedes. 

Resulta que para el Presidente de la CEOE hay que "comportarse de la mejor manera posible", para este señor "de vez en cuando, a lo mejor, las leyes son complicadas y son difíciles de entender" y porque, a su juicio, "hay muchos procedimientos pequeños fiscales y muchos procedimientos de inspección laboral". 

- ¿Lo van entendiendo? Las leyes son complicadas. 

Además el señor presidente de todos los empresarios en sus magistrales palabras sobre la corrupción decía que "no sale gratis, a nadie" porque en su opinión "hay consecuencias" y "para eso están" los tribunales. 

- Señores Rosell y Fernández. ¿Ustedes saben lo que es la ética? Bueno, se lo voy a explicar: la palabra ética viene del griego ethos, que indica los hábitos que las personas vamos adquiriendo para obrar bien o mal y que componen el carácter. 

- ¿Eso lo entienden, no? Voy despacio. ¿Saben lo que es la moral? Miren la moral tiene algo que ver-como indica la catedrática de ética Adela Cortina en su libro ¿Para qué sirve la ética?- con no dañar, pero no siempre y no sólo con eso; también con no defraudar la confianza; aunque también tiene que ver con muchas más cosas. La palabra moral proviene del término latino mos-moris, que significa carácter, costumbre, usos pero también el “lugar en el que se vive, la morada del hombre”. 

Estos señores y similares viven en el limbo, viven en otro mundo, no viven entre nosotros, por eso no tienen moral. Les da igual blanco que negro, legal e ilegal, no lo entienden, están por encima del bien y del mal. Ahora bien, nosotros los terrenales tenemos la obligación de enseñarles y explicarles, con las leyes en la mano, lo que está bien y lo que está mal. 

Como dice la miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas Adela Cortina,"…los más avisados, los que cuentan con asesores de buen nivel, calculan cuánto se gana con la trampa y cuánto costaría la posible multa y toman la opción que consideran más rentable NO la más legal, sino la más rentable."

- ¡Hay que ver qué listos que son esta gente! En vez de estar en la cárcel, perdón, quería decir en la calle, están en el limbo. Un limbo que guarda estrecha relación con lo divino. 

- ¿Cómo resolver ese galimatías para esas personas que están en el limbo y no son terrenales? En mi opinión hay varias estrategias, algunas nos las voy a decir aquí, me da pudor. Así que voy a seguir la línea de lo que dice Adela Cortina en su libro sobre la ética: “…más vale establecer leyes bien claras y conseguir que los jueces las apliquen con equidad, cosa que no curre”. 

Para finalizar, y siguiendo a Adela Cortina: “¿Para qué sirve la ética? Para abaratar costes en dinero sufrimiento en todo aquello que depende de nosotros, e invertirlo en lo que vale la pena, sabiendo priorizar”. Punto y final.

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