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viernes, 13 de abril de 2007

La participación, una aparente paradoja,

Ahora bien, si por una parte se observa un descenso en la participación de los jóvenes en las asociaciones, sobre todo en las de carácter político y sindical; y por otra una preocupación por el mundo que les rodea y su problemática, cabe preguntarnos ¿Por qué no participan los jóvenes en estas organizaciones?. Las razones pueden ser múltiples. 

Ettori Rechi en su estudio: "La expansión de la educación superior y la participación política: Una paradoja micro-macro", plantea esta aparente paradoja: Es como si al inicio del siglo XXI el mundo juvenil volviera a ser el protagonista de la escena política. Desde las manifestaciones anti-globalización a los forum sociales, desde las marchas pacifistas hasta las ocupaciones estudiantiles, en muchos países occidentales se vislumbran señales de un renovado fermento generacional.Sin embargo, esa impresión de novedad y efervescencia generada por estallidos emotivos de breve duración ha de ser valorada en un escenario a largo plazo. Arnold Gehlen, en su Teoría de las Instituciones, señala que éstas han perdido gran parte de su legitimidad para orientar a los individuos a lo largo de su proceso vital. Esto significa que existe una tendencia a contar cada vez menos con la legitimación institucional, tendiendo las instituciones a vaciarse de sentido y a quedar reducidas a meros instrumentos de resolución administrativa. Teniendo en cuenta esas y otras explicaciones, nos preguntamos sino será acaso en parte responsabilidad de las Instituciones esa falta de credibilidad y de atractivo para las nuevas generaciones, si el cambio de tendencia no ha de pasar también por una renovación interna de las instituciones tradicionales.Con todo ello, consideramos que podemos encontrar algunas respuestas en: El sistema económico y de mercado que promueve actitudes individualistas y competitivas que no favorecen la participación; así como las instituciones y organizaciones sociales no consiguen motivar y movilizar a los jóvenes ni hacer atractivas sus propuestas de participación. Al mismo tiempo, las propuestas destinadas a promover la participación social son insuficientes o inadecuadas. Muchos grupos sociales y en especial los jóvenes creen que tienen escasa capacidad de respuesta e influencia para resolver sus problemas. También consideramos que están en crisis las formas asociativas tradicionales y los cauces tradicionales de participación muchas veces no funcionan. Los jóvenes carecen de educación para la participación, porque no hay sistemas eficaces que eduquen en y para la participación. Por último, como decía una de nuestras jóvenes entrevistadas, “Es necesario que los partidos se acerquen mas a los jóvenes porque el día de mañana seremos nosotros los que tendremos que tomar las decisiones importantes”.

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