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viernes, 13 de abril de 2007

La emancipación de los jóvenes.


La gran mayoría de expertos coinciden y señalan en los informes (Juventud 2004, el reciente de la Universidad de Valencia) que la formación familiar actual se caracteriza en los países de Europa occidental por un retaso en la edad en la que los jóvenes abandonan el hogar de los padres para crear un grupo independiente. El retraso varía de un país a otro y depende de dos razones generales, en opinión de la profesora Teresa Jurado (Reis 103,2003): “Las expectativas y requisitos necesarios para acceder a una vivienda, y de las normas e instituciones que regulan la oferta y la demanda de vivienda en una Sociedad”. 

Bien es cierto, que en la actualidad hay pocos estudios al respecto (comentaba Teresa Jurado[1]-escasa tradición en los estudios de sociología de la vivienda) pero, en este sentido cabe mencionar el reciente trabajo de investigación llevado por Rosario Fernández (Universidad de Valencia coordinado por José Beltran) quienes vienen a corroboran lo que de una u otra forman está en el comentario del día a día entre jóvenes y adultos: el precio de la vivienda está desmesuradamente por las nubes, hay muchas viviendas vacías, los jóvenes no pueden acceder a esas viviendas porque no se lo permite su economía, a veces de subsistencia. Se indica en el informe de la Universidad de Valencia que “los jóvenes deben destinar el 45,3 % de su salario al crédito inmobiliario”. Los precios alcanzan los 1.000 € mensuales en las zonas nuevas, señalaba el otro día un periodo de tirada local; además remarcando que en Valencia hay “60.000 y 80.000 viviendas vacías de un total de 400.000” Y señalaba ese diario que “a los propietarios les compensa tenerlas vacías antes que alquilarlas.” ¡Esto es increíble¡.Y volviendo a la emancipación, España es a excepción de Portugal, el país en donde las pautas de emancipación familiar son más tardías de la Unión Europea, como señalaba Teresa Jurado[2], “los jóvenes españoles son los que mas tarde forman su propio hogar y acceden a una vivienda propia”. En nuestro país la edad media a la emancipación ha ido creciendo desde 1988 hasta 2001, en este último año situándose en los casi 31 años para las mujeres. La generación entre los 30 a 35 años de edad en el año 1995, la media de edad que dejaron el hogar paterno fue en los 26 años para los hombres y de 24 para las mujeres. En Francia en ese mismo año y en una generación entre los 29 a 32 años accedieron a una vivienda autónoma a la edad de 23 años, la edad mediana de la generación femenina fue de 21 años. Se constata pues un retraso en la emancipación familiar de los españoles de unos 3 años frente a los franceses.[1] “La vivienda como determinante de la formación familiar en España desde una perspectiva comparada”[2] Fernández Cordón 1997, Jurado Guerrero 2001, González López 2002)

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