Anoche
estuve leyendo Ciudadanos del mundo.
Hacia una teoría de de la ciudadanía. Este libro ha sido escrito por una de
mis autoras favoritas, Adela Cortina, catedrática de Ética de la Universidad de
Valencia y directora de la fundación
ÉTNOR, así como miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Llevo
leídas sesenta páginas y sus palabras me han cautivado en un ejercicio profundo
de reflexión.
El próximo
domingo, 25 de mayo, los ciudadanos de la Unión Europea tenemos ante nosotros
una de las vías de participación que las reglas del juego democrático nos
permite: elegir a nuestros representantes políticos al Parlamento Europeo. Con
nuestro voto vamos a decidir entre todos cómo se va a configurar el Parlamento
Europeo y la dirección que va a seguir la política europea durante los próximos
años.
¿Cuál
es la relación entre el libro de la señora Adela Cortina y las elecciones
europeas? Miren es muy sencillo. Para ello responderé con una pregunta que la
autora lanza en su libro: ¿Qué es una vida digna de ser vivida? Tal y como lo
ve Cortina, la respuesta es la siguiente: “la del ciudadano que participa
activamente en la legislación y administración de una buena polis.” A continuación
se refiere a la socialidad como capacidad de convivencia y de
participación en aras de construir una “sociedad justa” en la que los
ciudadanos puedan desarrollar sus cualidades y adquirir virtudes. Ahora bien, aquellos que “se recluyen en sus
asuntos privados acaban perdiendo no solo su ciudadanía real, sino también su
humanidad”.
En
la antigua Grecia iban mucho más lejos porque a quienes no participaban y no
tomaban parte activa de la vida pública eran considerados “idiotas” (la raíz ἴδιος /ídios/,
que en griego significaba lo privado, lo
particular, lo personal). El idiota era
aquel que se preocupaba solo de sí mismo de sus intereses particulares y
privados, sin prestar atención a los
asuntos públicos y/o políticos. Cierto es que pronto la palabra idiota se
convertiría en un insulto, pues en la Antigüedad grecorromana la vida pública
era de gran importancia para los hombres libres. En la democracia griega era
considerado una deshonra no participar de ella. Tengan en cuenta que en
aquellos tiempos la libertad se basaba precisamente en participar activamente
en la vida política y en los asuntos públicos.
Como
nos indica Adela Cortina citando a Pocock: “el advenimiento de la
jurisprudencia traslada el concepto de ciudadano del polites griego al civis latino, del zoón politikón al homo
legalis”. Con ello la catedrática de Ética explica que la ciudadanía es “un
estatuto jurídico, más que una exigencia de implicación política; que es una
base para reclamar derechos y no un vínculo que pide responsabilidades”.
Si
la participación ciudadana no se ve reflejada en las decisiones que toman
nuestros representantes políticos, carece de sentido participar en las
deliberaciones. Esta es una reflexión que pienso muy interesante y que deberían
hacerse eco nuestros políticos.
Hay
un gran sentir de la ciudadanía de este país en este sentido: no se sienten
representados por nuestros políticos. Sin embargo, me da la impresión de que al menos han tomado
buena nota de la queja social, de su falta de credibilidad. Pero la solución no
es quedarse al margen, no es pasar de participar, no es mirar al otro lado como
si no pasara nada. Todo lo contrario, HAY QUE PARTICIPAR.
No
debemos olvidar que la participación no se limita exclusivamente al voto,
debemos exigir más cauces de participación en la vida política. Una buena
manera de empezar a participar es ejerciendo nuestro derecho a decidir quién y
cómo se va a gobernar en Europa; es acudiendo a votar el próximo domingo 25 de
mayo... porque TODOS FORMAMOS PARTE DEL PARLAMENTO EUROPEO… porque TODOS SOMOS
EUROPA.
Me gustaría hacer incapié en esta frase "Si la participación ciudadana no se ve reflejada en las decisiones que toman nuestros representantes políticos, carece de sentido participar en las deliberaciones. Esta es una reflexión que pienso muy interesante y que deberían hacerse eco nuestros políticos".
ResponderEliminar¿Para que participar, si luego los partidos políticos hacen y deshacen a su antojo y no cumplen sus programas electorales?. Lo dejo ahí, porque también tengo otra pregunta clave, pero esa la expondré después del 25 de Mayo, pues yo si creo en la importancia de la participación .
Muy interesante tu artículo, que da pie a la participación sobre el.
Muchas gracias Rosa. Efectivamente es clave, por eso el párrafo está exclusivamente centrado en ese tema, que la ciudadanía se vea reflejada en las decisiones de los representantes políticos.
ResponderEliminarMe alegro mucho Rosa que entiendas el mensaje y lo compartas. Hablar de participación es hablar de democracia, es hablar de ciudadanía, es lo que tenemos que hablar mas si cabe.
Totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarMe parece un artículo acertado y lleno de razón al que, por desgracia, no todo el mundo llegará.
Sigo con mi teoría: Los partidos políticos han conseguido uno de sus objetivos: descontento generalizado y falta de motivación en el voto. Y gracias a esa consecución, el país seguirá yendo como va...
Esperemos que la participación en las Generales sea mucho mayor que en estas. Ante todo, FE
Un abrazo