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lunes, 29 de mayo de 2023

¿En la campaña electoral cuántos partidos han hablado de pobreza?

 

Los últimos datos de la European Anti-Poverty Network (EAPN), Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (2023) muestran que el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social (tasa AROPE) disminuyó en España hasta el 26,0%. Unos 12,3 millones de personas están en situación de riesgo de pobreza o exclusión social. Este valor supone un descenso de 1.8 puntos porcentuales respecto al año anterior, lo que significa que unas 840.000 personas han dejado de estar en situación de riesgo de pobreza en 2022. Supone la recuperación de la tasa a los valores previos a los años del COVID y una mejoría en 3,2 puntos porcentuales respecto al año con peor valor (2014: 29,2 %).

Me gustaría recordar que la tasa AROPE se mide a través de tres elementos: el riesgo de pobreza, la privación material severa (cuántas veces comen carne o pescado en un hogar, por ejemplo) y la baja intensidad del trabajo en los hogares (paro, medias jornadas, empleo precario, etc.).

Si estos datos los extrapolamos a las Comunidades autónomas veríamos que no son homogéneos y se aprecia una vez más la enorme desigualdad territorial en términos de pobreza y/o exclusión social. El informe sobre el Estado de la Pobreza en las Comunidades Autónomas (2023) de European Anti-Poverty Network (EAPN), afirma que la desigualdad territorial “con ligeras variaciones, se viene arrastrando desde hace muchos años y que puede hasta superar el doble de la tasa según las regiones que se comparen.” Las comunidades autónomas de Navarra y País Vasco mantienen sus datos como en años anteriores; sin embargo, Extremadura, Canarias y Andalucía registran cifras en torno a los 10 puntos por encima de la media nacional. Las otras diez Comunidades se distribuyen de manera más homogénea, en torno a una horquilla de unos 5 puntos por encima o por debajo de la media nacional. En relación con las cifras del año pasado, Andalucía y la Comunidad Valenciana son las CCAA que redujeron sus tasas de riesgo de pobreza con mayor intensidad, caen 3,2 y 2,9 puntos porcentuales. En el informe se explica como la “desigual distribución de la tasa AROPE tiene carácter estructural y, por tanto, no sólo se produce este año.”
Tasa de pobreza severa

Por otra parte, un indicador a tener en cuenta al analizar la pobreza muy importante es la tasa de pobreza severa, que agrupa a las personas que sufren la pobreza con mayor intensidad. En 2022 se hallaban en pobreza severa aquellas personas que vivían en hogares con ingresos inferiores a 6.725 € por unidad de consumo al año (560€ /mes). En términos absolutos, ese mismo año en España algo más de 4,2 millones se encontraban en pobreza severa. De estas últimas, unos 2,5 millones se concentran en Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid. En mi opinión tenemos un problema de pobreza endémico, aunque aparentemente no se observe, pero los datos son contundentes.

Ese incremento de la tasa de pobreza severa que en 2013 se situaba en los tres millones de ciudadanos, diez años más tarde se sitúa en algo más de cuatro millones de ciudadanos. ¿Qué quiere decir eso? Significa que a pesar de que los índices de pobreza y exclusión social hayan disminuido, como hemos indicado anteriormente, los ciudadanos pobres son más pobres todavía. Creo sinceramente que merece un estudio con detenimiento para buscar los medios para atajarla, no solo por cumplir los objetivos de la Agenda 2030 sino como dice Adela Cortina (2017), por justicia: “El derecho a una vida sin pobreza es un derecho de las personas al que corresponde el deber de las sociedades de procurarles los medios para satisfacerlo.”

Una población que ha crecido el porcentaje de pobreza es la de mayores de 65 años son una subida de 1,2 puntos porcentuales (datos abril 2023 del INE). El nivel de formación es un factor a tener en cuenta, “cuando el grado alcanzado era la educación superior, dicha tasa se reducía al 14,1%.”. En relación a la actividad, siguiendo al INE el 55,7 % de los desempleados estaba en riesgo de pobreza o exclusión social, frente al 16,5% de los ocupados y el 14 % de los jubilados. En cuanto a la nacionalidad, “el porcentaje de personas por debajo del umbral de riesgo de pobreza o exclusión social era del 21,9% españoles, del 39,6% para los extranjeros de la Unión europea (UE) y del 60,4 % para las personas cuya nacionalidad no era de un país de la UE.” (Datos abril 2023 del INE). Por su parte, el Observatorio Estatal de la Discapacidad (OED) subraya que en España los datos de Eurostat muestran que hay una diferencia de 10,9 puntos porcentuales entre la población en riesgo de pobreza y exclusión social de 16 años o más con discapacidad y quienes no la tienen. Desde el OED advierten que España el porcentaje de población de 16 años o más con discapacidad en riesgo de pobreza o exclusión social se sitúa en el 33 %, esto es, tres puntos más que la media europea.

¿Por qué es importante que hablemos de lo que está sucediendo en nuestro país sobre las personas que se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social? Es evidente que los datos están ahí, la pobreza severa y la desigualdad territorial se incrementa. Es importante tratar el tema de la pobreza porque además de la carencia económica, como explica Cortina, hay una “falta de libertad, imposibilidad de llevar a cabo los planes de vida que una persona tenga razones para valorar.” La aporofobia no solo es el rechazo o el desprecio al pobre por ser pobre económicamente, sino también hay un rechazo social. Tenemos un problema muy serio que resolver y tenemos que hablar de la pobreza. ¿Estos días de campaña electoral cuántos partidos políticos han hablado de pobreza?

viernes, 5 de mayo de 2023

Alegría de vivir (primera parte)

 

En diciembre de 2020 escribí “envejecer es positivo” un artículo que podéis consultarlo en mi Blog. En el artículo hice mención al túnel desconocido y apasionante que supone envejecer. Desconocido, porque no nos han enseñado nada sobre el envejecimiento, ni en la escuela, ni en el instituto ni en la facultad. ¿O me equivoco? Un envejecimiento apasionante, porque frente a lo desconocido depende de nosotros que sea emocionante o se convierta en un calvario. 

Cicerón (106-43 a.C.) en su breve tratado Sobre la vejez, explica que es una fase natural de la vida y ha de vivirse con naturalidad, diseñada por la naturaleza; y su vivencia “va a depender de la virtud con la que se haya vivido el resto de la vida.” Quiero poner el ejemplo de cómo entiende la vejez el actor y director de cine Clint Eastwood, que en una entrevista reciente le preguntaban su secreto para seguir activo y brillante a su edad (93 años cumplirá el 30 de mayo) y respondió: “Cuando me levanto todos los días, no dejo entrar al viejo.” ¡Cuánta razón tiene!

Explicaba Eastwood que su secreto es estar ocupado y no dejar entrar al viejo. “Ese viejo que nos aguarda, apostado y cansado a la orilla del camino para desanimarnos.” Un viejo hostil, gruñón, criticón y envidioso. Efectivamente, no hay que dejar entrar al espíritu viejo que habita en nuestro interior, que escudriña en el pasado para vomitar la rabia y las angustias pasadas. No podemos quedarnos en la queja constante. Recuerdo que Rafael Santandreu, en El arte de no amargarse la vida, explica que “no nos afecta lo que nos sucede, sino lo que nos decimos sobre lo que nos sucede”.  La gran mayoría de las veces son cuestiones banales, sin importancia pero que nosotros las magnificamos; o mejor dicho las terribilizamos, como afirma Santandreu: la terribilitis es la madre de todos los trastornos emocionales.

Es muy importante, apunta Eastwood en la entrevista, mantener el entusiasmo por la vida y eso depende de nosotros, de nuestra actitud, mentalidad y de nuestros hábitos diarios. “No permitas que tu fecha de fabricación, marque la ilusión y ganas por la vida.”  Cabe recordar que Cicerón, explicaba que la vivencia de la vejez depende del carácter del individuo, el que es un “cascarrabias” de joven y de adulto, continuará siendo un “cascarrabias” de mayor.

El yugo de la incertidumbre debido a los profundos cambios que se están produciendo provoca que no paren de incrementarse los cuadros de ansiedad, explica el doctor Mario Alonso Puig (2018) en su libro Reinventarse. Sin embargo, no vamos a estar lamentándonos todos los días y a todas horas, mejor pensar en cómo ocuparnos de resolver los problemas que en preocuparnos. Como decía Albert Einstein, “ningún problema importante puede ser resulto desde el mismo nivel de pensamiento que lo generó”.  Frente a la ansiedad se recurre al mindfulness, a retiros espirituales, a la psicología cognitiva, a yoga, taichi, caminar, etc. Una manera de mejorar nuestro estado de ánimo, la capacidad de concentrarnos, la eficiencia y la salud se consigue según el doctor Puig al “cerrar los ojos entre diez o veinte minutos después de comer tiene un efecto beneficioso demostrado en múltiples estudios.”. Es tan sencillo como buscar para nosotros esos diez o veinte minutos al día.

Centenarios

Héctor García y Francesc Miralles (2018), en su libro El método Ikigai nos cuentan cómo tras visitar la “aldea de los centenarios”, un pueblo rural al norte de Okinawa con el mayor índice de longevidad del mundo, descubrieron que el secreto es tener una “razón de ser” que nos procure la felicidad de estar siempre ocupados: “Cuidar de las amistades, una alimentación ligera, descansar adecuadamente y el ejercicio suave formarían parte de la ecuación de la salud, pero en el centro de esa joie de vivre, la alegría de vivir.” Efectivamente esa alegría de vivir es la llama que hemos de mantener encendida toda nuestra vida. Recuerdo el énfasis que ponía en sus palabras José Luis Sampedro al referirse a la vida: “Tenemos la obligación de vivir”

Por último, quería citar a José María Riera porque en su libro Contra la tercera edad por una sociedad para todas las edades (2005), sostiene la idea que comparto de conseguir una sociedad que posibilite “la integración de todos sin que la edad sea un factor de discriminación o exclusión”. No es baladí esa idea y hoy más que nunca. De esa exclusión trata Adela Cortina (2022) en Ética cosmopolita y pregunta la autora si “es verdad que la vejez es el tiempo de la amargura, del cansancio y del exilio”; o quizás se trate de un “estereotipo que tiene consecuencias injustas e indeseables en la vida corriente”. Para responder Cortina nos recuerda su artículo publicado en El País “Desenmascarar la gerontofobia” en donde explica cómo la epidemia del Covid-19 ha sacado “a la luz algunas de las tendencias ya entrañadas en la sociedad.” Es el caso de la gerontofobia que se refiere, según Cortina a la “prevención, el temor, la aversión o el desprecio hacia los ancianos.” ¿Es posible que se esté dando ese desprecio? Lo dejo aquí para reflexionar…y más adelante retomar.