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In memoriam
jueves, 9 de noviembre de 2023
sábado, 28 de octubre de 2023
La pobreza en España
viernes, 15 de septiembre de 2023
Charla en el Taller de Empleo de Picassent (Valencia)
Esta mañana he compartido con el equipo y alumnado del Taller de Empleo Forjant de Picassent un rato muy agradable en el aula charlando de empleo y formación. Gracias Yolanda, Jose Manuel y alumnado.
viernes, 18 de agosto de 2023
domingo, 30 de julio de 2023
El día Internacional de la Amistad
La adoración del Yo
martes, 20 de junio de 2023
Día Mundial de los Refugiados y Refugiadas
El 20 de junio se celebra el día Mundial
de los refugiados y de las refugiadas. Un tema que apenas se habla en los
medios de comunicación y cuando se hace es para anunciar una desgracia, el
hundimiento de una patera, desaparecidos y las pocas ayudas que han recibido
las personas que se encontraban en el lugar del suceso; tanto se desplacen por tierra
como por mar. La muerte rondando en el mar, en los trenes y en los caminos. Sin
embargo, en estos momentos hay que hablar más que nunca, porque el azote de la
extrema de derecha en Europa tiene muy claro su postura sobre el tema y España
no está exenta por el incremento de VOX en ayuntamientos y autonomía. En
Andalucía hace poco se rechazaba acoger refugiados o niños de la guerra de
Ucrania. Por tanto, hay que hablar del tema.
Según Amnistía
Internacional, hay 26
millones de personas refugiadas en todo el mundo. Ese movimiento de
personas provoca que mucha gente se siente agobiada por la cifra y considere a
quienes se mueven a través de las fronteras como una crisis global. Sin embargo,
para la ONG “el problema no son las personas, sino las causas que empujan a
familias e individuos a cruzar fronteras y las formas miopes y poco realistas
en que responden los políticos a ellas.” Estoy totalmente de acuerdo, cada ser
humano tiene más de una identidad: “Refugiado”, “migrante” y
“solicitante de asilo” que no reflejan toda la identidad de las mujeres, niñas,
niños y hombres que han dejado su hogar para comenzar una nueva vida en otro
país. No debemos olvidar que nos encontramos frente a “la mayor tragedia
humanitaria desde al Segunda Guerra Mundial”, declaraba Sami Naïr (2016) en Refugiados
frente a la catástrofe humanitaria, una solución real. Han transcurrido siete años desde que Naïr
hizo esa afirmación y cabe planteares si ha mejorado esa tragedia humanitaria o
no ha mejorado. La respuesta es evidente por las cifras que no ha mejorado, tal
vez empeorado. Los datos hablan por sí solos: Según la Organización Internacional
para las Migraciones (ACNUR) hay en estos momentos cien millones de personas que
se ven obligadas a desplazarse a causa de conflictos, persecuciones o desastres
naturales, 26,3 millones de personas refugiadas en el mundo, mas de 50.000
personas fallecidas desde 2014 cuando migraban de un país a otro; y solo un 17
% de personas refugiadas acogidas por países de ingresos elevados. Estos datos son
preocupantes porque detrás de esos datos hay personas, no debemos olvidarlo
nunca, hay personas con nombres y apellidos. Personas que han tenido que
abandonar su casa, su hogar, niños y niñas que han tenido que dejar atrás sus
colegios, su vida porque se han visto amenazados por la guerra o simplemente
por pensar de forma diferente sus padres o algún familiar. Son personas que
proceden de determinado país o región, pertenecientes a un grupo que habla
determinada lengua o comparte una cultura. Podríamos decir sin equivocarnos que
nos encontraríamos con un docente, una médica, un artista, una apasionada
fanática del deporte, un padre, una hermana, un hijo o una madre, etc. Como
explica Amnistía Internacional, “la condición jurídica de una persona no puede
expresar plenamente la identidad y la personalidad de una persona refugiada,
solicitante de asilo o migrante.”
Un periodo turbulento
Como decía al principio de este
artículo, en estos momentos se avecina un periodo turbulento e inseguro por el
crecimiento de la extrema derecha en Europa y en concreto en España. Por eso, quiero
hacer hincapié y recordar algunas cosas que publiqué hace 16 años en mi blog.
Por ejemplo, el comentario que hacía en unas jornadas sobre Juventud en Albacete el profesor de Antropología Social, Carlos Giménez Romero,
reflexionando en voz alta sobre el fenómeno de la migración. Giménez comentaba que
no entendía, ni concebía España sin los inmigrantes, no le gustaba sin ellos.
Llegado a ese punto, y reflexionando, comparto también esa idea del profesor.
Es cierto, que cuando uno sale a la calle y utiliza para desplazarse el metro,
por ejemplo, qué vacío estaría sin ellos, o simplemente pasear por tu Ciudad,
me resultaría irreal. Una ciudadanía que se va configurando tan heterogénea y
con tantos valores por descubrir y compartir.
Como decía en el libro del Viaje de Ana,
historias de inmigración contadas por jóvenes (2002): “Emitir
juicios sobre las personas por su origen, religión o cultura, sin haberlas
conocido, es una forma cruel de discriminación”. En el libro le explicaba Ana
a Karima que además de ser inmigrante (con esa connotación negativa) es muchas más
cosas, “soy mujer, licenciada en filología, soy joven, musulmana,
me gusta leer…No puedes definirme solo por ser inmigrante porque si lo haces me
están limitando”. Quiero recordar a Josep María Riera (2005), que
explicaba que “la diversidad es la gran apuesta de las sociedades modernas y
libres; la desigualad, el gran obstáculo para el bienestar del conjunto de la
humanidad. Reconocer la diversidad y promover la igualdad es la razón de ser de
una política de progreso.”
Por último, el día Mundial de los Refugiados y de las
Refugiadas tiene que ser todos los días; porque todos los días hay personas que
sufren el peligro si se quedan en su país; todos los días hay violencia,
guerra, hambre y pobreza extrema; todos los días hay cambio climático o
catástrofes naturales y las personas han de marcharse forzosamente o morir; y
todos los días hay quien piensa que va a tener más oportunidades de encontrar
trabajo en otro país porque tiene la formación o el capital necesario para
encontrar oportunidades fuera. Hay muchas razones por las que la gente emprende
un viaje para construir una vida en un nuevo país.
jueves, 15 de junio de 2023
Alegría de vivir (segunda parte): Toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez
El 5
de mayo en mi blog escribía el artículo Alegría de vivir (primera parte)
y explicaba que envejecer es positivo, haciendo alusión a los comentarios
del actor y director de cine Clint Eastwood. El
secreto del envejecimiento para Eastwood es que debemos estar ocupados y no
dejar entrar al viejo. Terminaba el artículo haciendo referencia al último
libro de Adela Cortina (2022) Ética cosmopolita y a un artículo que
publicaba titulado “Desenmascarar la gerontofobia” que se refiere a la
“prevención, el temor, la aversión o el desprecio hacia los ancianos.” Dejaba
en el aire la pregunta: ¿Es posible que se esté dando ese desprecio a los
ancianos y a las ancianas? La respuesta sin ningún género de duda es que sí se está
produciendo el desprecio y maltrato.
El
15 de junio se celebra el día mundial de Toma de conciencia del Abuso y
Maltrato en la Vejez. El lema para las Naciones Unidas este año es “Cerrar
el círculo: Abordar la violencia de género en las respuestas basadas en políticas,
leyes y evidencias para la vejez”. Esta conmemoración, explican desde la
Naciones Unidas, que va a proporcionar actualizaciones sobre como cerrar el
círculo, tenido en cuenta las “políticas” a través de los resultados de la
cuarta revisión y evaluación del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre
el Envejecimiento. Se pretende por tanto “abordar la violencia de género en la
vejez: políticas, leyes y respuestas de base empírica” que se trataran en la
sede de las Naciones unidas en Nueva York ese mismo día.
La
Organización Mundial de la Salud, publicó recientemente Combatir el maltrato
de las personas mayores: Cinco prioridades para la Década de las Naciones Unidas
del Envejecimiento Saludable (2021–2030). En esta publicación (2022) colaboraron
el Departamento de Asuntos Económicos-Sociales y la Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos; así como el Fondo
de Población de las Naciones Unidas, ONU MUJERES y contaron con el apoyo de la
Red Internacional para la Prevención del Maltrato a las Personas Mayores. Esta
participación numerosa de organismos internaciones sobre el tema es prueba
suficiente para darnos cuenta de que es sumamente importe lo que se está
tratando en estos momentos.
El documento de la OMS esboza cinco prioridades clave para prevenir y responder al maltrato de las personas mayores y, de este modo, contribuir a mejorar su salud, bienestar y dignidad: (1) Combatir el edadismo (forma de discriminación social por cuestión de edad que afecta a muchas personas mayores); (2) generar más y mejores datos sobre la prevalencia y los factores de riesgo y protección; (3) desarrollar y ampliar soluciones rentables; (4) realizar inversiones para abordar el problema; (5) y recaudar fondos para abordar el problema. La finalidad de este documento es presentar las prioridades para combatir el maltrato de las personas mayores de forma coordinada y estratégica en el marco de la Década.
La protección de nuestros ancianos y ancianas
En el documento de la OMS
(2022) constata que entre 2019 y 2030, se prevé que el número de personas de 60
años o más aumente en un 38%, de mil millones a 1,4 mil millones, superando en
número a la juventud a nivel mundial. Este crecimiento será mayor y más rápido
en las regiones en vías de desarrollo; por tanto, requiere mayor atención a los
desafíos que afectan a las personas mayores, incluso en el campo de los
derechos humanos.
El maltrato de las
personas mayores, se afirma en el documento de la OMS, es un problema social
que existe en los países en desarrollo y desarrollados. Por lo general, no se
notifica suficientemente en todo el mundo. A pesar de que se desconoce la
magnitud del maltrato de los ancianos, su importancia social y moral es indiscutible.
Por este motivo, se hace hincapié en el documento que “este problema requiere
una respuesta mundial multifacética que se centre en la protección de los
derechos de las personas de edad.”
Siguiendo los datos de la
OMS, aproximadamente 1 de cada 6 personas mayores de 60 años sufrieron
algún tipo de abuso en entornos comunitarios, las tasas de maltrato a personas
mayores son altas en instituciones como residencias de ancianos y
centros de atención de larga duración: 2 de cada 3 trabajadores de estas
instituciones indican haber infligido malos tratos en el último año; las tasas
de maltrato a las personas de edad han aumentado durante la pandemia de
COVID-19; el maltrato de las personas mayores puede conllevar graves
lesiones físicas y consecuencias psicológicas prolongadas; se prevé
un aumento del problema por el envejecimiento de la población en
muchos países; y por último, se indica en el informe que la población mundial
de mayores de 60 años se duplicará con creces, de 900 millones en 2015 a unos
2000 millones en 2050.
Como hemos indicado al
principio tratar el tema del envejecimiento, edadismo y la violencia contra las
personas mayores es sumamente importante y preocupante. Explica Cortina (2021) que
“llega un tiempo en el que poco a poco tienen que dejarse hacer, pasando de ser
agentes de sus vidas a pacientes de las acciones de otros. Es el tiempo de la dependencia.”
Que ese paso de dejar de hacer por dejarse hacer sea una
prioridad de cara a alcanzar una mayor esperanza de vida con calidad.
lunes, 5 de junio de 2023
Cogito ergo sum (Pienso, luego existo)
El 15 de febrero de 2012,
hace poco más de diez años, publicaba en este mismo medio un artículo que se
titulaba Mantener al público en la
ignorancia y la mediocridad. En este artículo mencionaba al lingüista y
filósofo Noam Chomsky y a su lista de las 10 estrategias de
Manipulación Mediática y, en particular, a la estrategia sobre la
ignorancia y la mediocridad.
Después de darle vueltas
a los últimos resultados electorales de las municipales y autonómicas, recurro
a este artículo para volver a hacer hincapié en alguna de las ideas propuestas.
Hoy, no va a ser un artículo en clave de “soy de izquierdas o soy de derechas” porque
me interesa resaltar el por qué suceden los hechos y que cada cual bregue con
lo suyo. Es un artículo dirigido al ciudadano con toda la humildad del mundo
para que analice y piense lo que le dé la real gana, comparta o no mis
pensamientos.
Como sostenía Baltasar
Gracián (ilustre pensador del S. XVII), “un hombre sin conocimientos es un
mundo a oscuras” (El Arte de la Prudencia), es decir, un hombre o una
mujer. En pleno siglo XXI, este pensador sigue teniendo toda la razón del
mundo. En la actualidad, la humanidad tiene acceso a mucha información, más que
nunca desde que existe. Pero, más que nunca, esta información se presta a la
manipulación tanto en cantidad como en calidad y sofisticación. Por una parte,
tenemos más información, pero por otra, hay más manipulación, así que hemos de
hacer pausas para pensar y analizar. Por ejemplo, ¿Cuántos de vosotros y de
vosotras habéis leído los programas de los partidos políticos de las pasadas
elecciones? Tal vez una lectura de los programas de al menos 3 o 4 partidos, es
decir, de quince a veinte minutos, habría sido suficiente para enterarse de sus
proyectos para la ciudadanía.
Según M.ª Ángeles Quesada
en su libro La virtud de Pensar (2022), “es más difícil pararse a
pensar”. Seguro que compartimos estas palabras. ¿Cuánto tiempo tenemos para
pensar si no paramos en todo el día? Es una buena pregunta. Pero hay que tener
en cuenta que pensar es una facultad que “nos permite procesar, ordenar y
valorar la información que nos llega” (Quesada). En todo momento nos llega
información así que pensar es como respirar. Pero ¿sabemos el origen o la
fuente de la información que nos llega? Esta es la cuestión. No debemos olvidar
las palabras de Descartes: Cogito ergo sum (Pienso, luego existo), es
decir, la importancia de pensar para no ser manipulados. De lo contrario, el no
pensar, el no reflexionar, nos deja en manos de los manipuladores, quienes,
según Chomsky, solo persiguen “mantener al público en la ignorancia y la
mediocridad”. ¿Qué pretenden los manipuladores? Que el ciudadano cuánto más
ignorante sea, mejor que mejor, cuánto menos se entere de lo que está
ocurriendo, mejor para quienes manipulan las finanzas y utilizan el poder
político para enriquecerse, ellos y los suyos. A este respecto, Jon Lancherter
(2011) afirmaba que “los bancos fueron una increíble fuente de ganancia porque
incurrían en apuestas mayores, más arriesgadas, metiendo más dinero sobre la
ruleta”. Esto ocurrió durante la crisis financiera que estalló en 2008 tras
el derrumbe de las hipotecas subprime. ¿Recuerdan esta crisis?
Nadie se fiaba de nadie, porque nadie es de fiar.
Mantener la ignorancia y la mediocridad es el mantra de la manipulación
mediática. Cuánto menos sepa el ciudadano, mejor.
Pero hay todavía más. Noam Chomsky advierte que a través de la Educación se puede manipular malvadamente a las clases sociales más bajas. Considera que la educación que se da a las clases sociales inferiores es pobre y mediocre, de tal manera que “la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposible de alcanzar para las clases inferiores”. Qué mejor manera para llevar a cabo las malévolas estrategias que ir quitando protagonismo a lo público a favor de lo privado. El que quiera estudiar, el que quiera formarse…. que se lo pague. La política neoconservadora es arrolladora y mezquina porque beneficia a una clase determinada. En la Sanidad ocurrirá otro tanto, si se deja de invertir en el sistema sanitario público. Debemos plantearnos si queremos una educación pública o privada, si queremos una salud pública o privada.
La mediocridad
Por último, quería
insistir sobre la estrategia de la manipulación que, según Chomsky, trata de
estimular al público a ser complaciente con la mediocridad, es decir, está de
moda ser mediocre, vulgar, estúpido e inculto. ¿Cuántas veces se han sentado
delante del televisor, la tableta o el móvil y han pensado que lo que ven no
tiene sentido alguno? ¿Cuántas veces? ¿Y cuántas veces han apagado el televisor
o el móvil y se han puesto a leer? De
tanto insistir a través de los medios se llega a pensar que ser mediocre es
normal; que ser inculto y vulgar es totalmente normal; que pasar de todo lo que
te rodea y acontece, es normal; que pasar de la política y de los políticos es
normal. Todo es mediocre, por tanto, si soy mediocre eso es normal también.
Mayor Zaragoza,
exdirector general de la Unesco y presidente de la Fundación Cultural de la
Paz, explicaba en un artículo publicado recientemente en El País que “lo más
peligroso de la inacción es que se extiende la impresión de que las cosas son
como son, de forma inexorable, como el propio destino. Y se reduce y atenúa la
facultad creadora distintiva de la especie humana”.
No debemos dejar que nos
manipulen y nos anulen. Debemos tomar las riendas de nuestras vidas y de
nuestras decisiones leyendo, debatiendo y contrastando.
lunes, 29 de mayo de 2023
¿En la campaña electoral cuántos partidos han hablado de pobreza?
Los últimos datos de la European Anti-Poverty Network (EAPN), Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (2023) muestran que el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social (tasa AROPE) disminuyó en España hasta el 26,0%. Unos 12,3 millones de personas están en situación de riesgo de pobreza o exclusión social. Este valor supone un descenso de 1.8 puntos porcentuales respecto al año anterior, lo que significa que unas 840.000 personas han dejado de estar en situación de riesgo de pobreza en 2022. Supone la recuperación de la tasa a los valores previos a los años del COVID y una mejoría en 3,2 puntos porcentuales respecto al año con peor valor (2014: 29,2 %).
Me gustaría recordar que la tasa AROPE se mide a través de tres elementos: el riesgo de pobreza, la privación material severa (cuántas veces comen carne o pescado en un hogar, por ejemplo) y la baja intensidad del trabajo en los hogares (paro, medias jornadas, empleo precario, etc.).
Ese incremento de la tasa de pobreza severa que en 2013 se situaba en los tres millones de ciudadanos, diez años más tarde se sitúa en algo más de cuatro millones de ciudadanos. ¿Qué quiere decir eso? Significa que a pesar de que los índices de pobreza y exclusión social hayan disminuido, como hemos indicado anteriormente, los ciudadanos pobres son más pobres todavía. Creo sinceramente que merece un estudio con detenimiento para buscar los medios para atajarla, no solo por cumplir los objetivos de la Agenda 2030 sino como dice Adela Cortina (2017), por justicia: “El derecho a una vida sin pobreza es un derecho de las personas al que corresponde el deber de las sociedades de procurarles los medios para satisfacerlo.”
Una población que ha crecido el porcentaje de pobreza es la de mayores de 65 años son una subida de 1,2 puntos porcentuales (datos abril 2023 del INE). El nivel de formación es un factor a tener en cuenta, “cuando el grado alcanzado era la educación superior, dicha tasa se reducía al 14,1%.”. En relación a la actividad, siguiendo al INE el 55,7 % de los desempleados estaba en riesgo de pobreza o exclusión social, frente al 16,5% de los ocupados y el 14 % de los jubilados. En cuanto a la nacionalidad, “el porcentaje de personas por debajo del umbral de riesgo de pobreza o exclusión social era del 21,9% españoles, del 39,6% para los extranjeros de la Unión europea (UE) y del 60,4 % para las personas cuya nacionalidad no era de un país de la UE.” (Datos abril 2023 del INE). Por su parte, el Observatorio Estatal de la Discapacidad (OED) subraya que en España los datos de Eurostat muestran que hay una diferencia de 10,9 puntos porcentuales entre la población en riesgo de pobreza y exclusión social de 16 años o más con discapacidad y quienes no la tienen. Desde el OED advierten que España el porcentaje de población de 16 años o más con discapacidad en riesgo de pobreza o exclusión social se sitúa en el 33 %, esto es, tres puntos más que la media europea.
¿Por qué es importante que hablemos de lo que está sucediendo en nuestro país sobre las personas que se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social? Es evidente que los datos están ahí, la pobreza severa y la desigualdad territorial se incrementa. Es importante tratar el tema de la pobreza porque además de la carencia económica, como explica Cortina, hay una “falta de libertad, imposibilidad de llevar a cabo los planes de vida que una persona tenga razones para valorar.” La aporofobia no solo es el rechazo o el desprecio al pobre por ser pobre económicamente, sino también hay un rechazo social. Tenemos un problema muy serio que resolver y tenemos que hablar de la pobreza. ¿Estos días de campaña electoral cuántos partidos políticos han hablado de pobreza?
viernes, 5 de mayo de 2023
Alegría de vivir (primera parte)
En diciembre de 2020
escribí “envejecer es positivo” un artículo que podéis consultarlo en mi Blog.
En el artículo hice mención al túnel desconocido y apasionante que
supone envejecer. Desconocido, porque no nos han enseñado nada sobre el
envejecimiento, ni en la escuela, ni en el instituto ni en la facultad. ¿O me
equivoco? Un envejecimiento apasionante, porque frente a lo desconocido depende
de nosotros que sea emocionante o se convierta en un calvario.
Cicerón (106-43 a.C.) en
su breve tratado Sobre la vejez, explica que es una fase natural de la
vida y ha de vivirse con naturalidad, diseñada por la naturaleza; y su vivencia
“va a depender de la virtud con la que se haya vivido el resto de la vida.”
Quiero poner el ejemplo de cómo entiende la vejez el actor y director de cine Clint
Eastwood, que en una entrevista reciente le preguntaban su secreto para seguir
activo y brillante a su edad (93 años cumplirá el 30 de mayo) y respondió: “Cuando
me levanto todos los días, no dejo entrar al viejo.” ¡Cuánta razón tiene!
Explicaba Eastwood que su
secreto es estar ocupado y no dejar entrar al viejo. “Ese viejo que
nos aguarda, apostado y cansado a la orilla del camino para desanimarnos.” Un
viejo hostil, gruñón, criticón y envidioso. Efectivamente, no hay que dejar
entrar al espíritu viejo que habita en nuestro interior, que escudriña en el
pasado para vomitar la rabia y las angustias pasadas. No podemos quedarnos en
la queja constante. Recuerdo que Rafael Santandreu, en El arte de no
amargarse la vida, explica que “no nos afecta lo que nos sucede, sino lo
que nos decimos sobre lo que nos sucede”.
La gran mayoría de las veces son cuestiones banales, sin importancia
pero que nosotros las magnificamos; o mejor dicho las terribilizamos,
como afirma Santandreu: la terribilitis es la madre de todos los
trastornos emocionales.
Es muy importante, apunta
Eastwood en la entrevista, mantener el entusiasmo por la vida y eso depende de
nosotros, de nuestra actitud, mentalidad y de nuestros hábitos diarios. “No
permitas que tu fecha de fabricación, marque la ilusión y ganas por
la vida.” Cabe recordar que Cicerón,
explicaba que la vivencia de la vejez depende del carácter del individuo, el
que es un “cascarrabias” de joven y de adulto, continuará siendo un
“cascarrabias” de mayor.
El yugo de la
incertidumbre debido a los profundos cambios que se están produciendo provoca
que no paren de incrementarse los cuadros de ansiedad, explica el doctor Mario Alonso
Puig (2018) en su libro Reinventarse. Sin embargo, no vamos a estar
lamentándonos todos los días y a todas horas, mejor pensar en cómo ocuparnos de
resolver los problemas que en preocuparnos. Como decía Albert Einstein, “ningún
problema importante puede ser resulto desde el mismo nivel de pensamiento que
lo generó”. Frente a la ansiedad se
recurre al mindfulness, a retiros espirituales, a la psicología cognitiva, a
yoga, taichi, caminar, etc. Una manera de mejorar nuestro estado de ánimo, la
capacidad de concentrarnos, la eficiencia y la salud se consigue según el doctor
Puig al “cerrar los ojos entre diez o veinte minutos después de comer tiene un
efecto beneficioso demostrado en múltiples estudios.”. Es tan sencillo como
buscar para nosotros esos diez o veinte minutos al día.
Centenarios
Héctor García y Francesc
Miralles (2018), en su libro El método Ikigai nos cuentan cómo tras
visitar la “aldea de los centenarios”, un pueblo rural al norte de Okinawa con
el mayor índice de longevidad del mundo, descubrieron que el secreto es tener
una “razón de ser” que nos procure la felicidad de estar siempre ocupados:
“Cuidar de las amistades, una alimentación ligera, descansar adecuadamente y el
ejercicio suave formarían parte de la ecuación de la salud, pero en el centro
de esa joie de vivre, la alegría de vivir.” Efectivamente esa
alegría de vivir es la llama que hemos de mantener encendida toda nuestra vida.
Recuerdo el énfasis que ponía en sus palabras José Luis Sampedro al referirse a
la vida: “Tenemos la obligación de vivir”
Por último, quería citar a José María Riera porque en su libro Contra la tercera edad por una sociedad para todas las edades (2005), sostiene la idea que comparto de conseguir una sociedad que posibilite “la integración de todos sin que la edad sea un factor de discriminación o exclusión”. No es baladí esa idea y hoy más que nunca. De esa exclusión trata Adela Cortina (2022) en Ética cosmopolita y pregunta la autora si “es verdad que la vejez es el tiempo de la amargura, del cansancio y del exilio”; o quizás se trate de un “estereotipo que tiene consecuencias injustas e indeseables en la vida corriente”. Para responder Cortina nos recuerda su artículo publicado en El País “Desenmascarar la gerontofobia” en donde explica cómo la epidemia del Covid-19 ha sacado “a la luz algunas de las tendencias ya entrañadas en la sociedad.” Es el caso de la gerontofobia que se refiere, según Cortina a la “prevención, el temor, la aversión o el desprecio hacia los ancianos.” ¿Es posible que se esté dando ese desprecio? Lo dejo aquí para reflexionar…y más adelante retomar.
viernes, 21 de abril de 2023
¿Vivimos en un estado de ansiedad permanente?
Joke J. Hermsen (2019), en su libro La melancolía en
tiempos de incertidumbre, muestra un párrafo que precisa escribir y
reflexionar: “nunca antes en la historia habíamos disfrutado de tanta prosperidad
en el mundo occidental, y a pesar de ello, lo que predomina es un sentimiento
cada vez más intenso de inquietud e insatisfacción que parece motivado por el
miedo.” Se vive en un estado de ansiedad constante, con la sensación de que en
algún momento vamos a perder algo, una sensación de incertidumbre económica
(subida de los precios, pérdida de poder adquisitivo, de empleo…); crisis
climática (elevación de la temperatura, escasez de agua… desertización);
incluso hasta de amenaza de guerra. Por otra parte, hay una constante
persecución de la prosperidad que llega a un profundo cansancio, angustia y culmina
con un sentimiento depresivo. La pandemia del COVID-19 ha potenciado la
fragilidad mental. Según la Organización Mundial de la Salud, los trastornos
depresivos graves y de ansiedad han aumentado un 25 por ciento, y la Asociación
Española de Pediatría alertaba recientemente del incremento de los casos de
depresión, ansiedad y alteraciones de la conducta alimentaria en niños. Las
previsiones a corto plazo es que la depresión será una de las enfermedades más
comunes.
Las cifras de suicidios
en nuestro país, según el Observatorio del Suicido, en 2021, (datos publicados
por el INE el 19 de diciembre de 2022) indican que han fallecido por
suicidio 4.003 personas en España, una media de 11 personas al día; un 75%
de ellas varones (2.982) y un 25% mujeres (1.021). Así, 2021 se convierte en el
año con más suicidios registrados en la historia de España desde que se tienen
datos (año 1906). El Consejo General de la Psicología de España, “sitúa
nuevamente este grave problema de salud pública como la principal causa de
muerte externa en nuestro país.” Aunque son provisionales, dejan entrever cómo
esta tendencia ascendente registrada el pasado año se ha venido
manteniendo: entre enero y junio de 2022, se contabilizan ya 2.015
fallecimientos. España no posee ningún plan o estrategia específica estatal
para la prevención del suicidio, tal y como indica el Observatorio ¿Es o no
para preocuparse?
Los datos a nivel mundial
siguiendo a Hermsen son estremecedores: alrededor de cuatrocientos millones de
personas en el mundo padecen trastornos de ansiedad y estados de ánimo
sombríos, “los cuales se combaten con cantidades industriales de
antidepresivos. En los últimos veinticinco años se ha multiplicado por cuatro
el consumo de este tipo de medicamento.” Unos antidepresivos que modifican los
niveles de neurotransmisores como la serotonina o la noradrenalina, que se
encuentran en niveles demasiado bajos. Sin embargo, su efectividad sigue sin
estar demostrada para formas de depresión más leves. ¿Quién se está
beneficiando? Sin ningún género de duda las grandes multinacionales
farmacéuticas.
La ansiedad y la
depresión están relacionados con el miedo, que aísla, alimenta sentimientos de
impotencia y favorece los estados de ánimo depresivos. De manera que se entra
en un bucle ansiedad, depresión y miedo. Sembrar miedo, comenta Hermsen, “es
una empresa peligrosa, pero también una herramienta política de eficacia
probada para manipular a las personas y hacer que obedezcan.” El sujeto deprimido,
en opinión de Hermsen, no encaja en el ideal impuesto por el
neoliberalismo del Homo economicus exultante que vive para su trabajo.
En Reflexiones sobre
el problema del amor de Salomé Lou (1900), explica la autora que, gracias
al amor, debido a su efecto de olvido de uno mismo nos aproxima mucho a la
supresión del ego, y nos proporciona conocimiento del otro, anulando la
sensación de soledad y abandono. También nos reconcilia con la muerte y nos
permite experimentar la riqueza sin límites de nuestro interior. Se podría
afirmar, siguiendo a Salomé, que “el amor es uno de los medios más eficaces
para evitar que nuestros sentimientos melancólicos se transformen en una
depresión u otros trastornos psíquicos.”
Un siglo XXI plagado con
una auténtica epidemia de depresiones vale la pena reflexionar sobre estos
contenidos. Es necesario, por tanto, como propone Hermsen, que nos apoyemos
más en el dialogo y la atención personalizada, y menos en las pastillas. El
“problema” es que el dialogo y la atención requiere tiempo, un recurso cada vez
más escaso en los servicios de psiquiatría o psicología, por ejemplo. En mi
opinión la apuesta por la sanidad pública tiene que ser total.
Edith Hall (2022) en su
libro La senda de Aristóteles, afirma que “nuestra civilización vive obsesionada
con el trabajo.” Aristóteles, nos recuerda que solo en las horas libres es “cuando
puede realizarse plenamente el potencial humano”. En torno a ello, hay una
reflexión interesante de Hall que nos muestra como en esa frenética búsqueda de
la “superabundancia de productos básicos, la humanidad ha olvidado por completo
la razón y el propósito de la vida, e incluso ha comenzado a inventar nuevas
necesidades para justificar la cantidad desproporcionada de tiempo dedicado al
trabajo fabricando productos innecesarios.” Por su parte, Thoreau, sostiene que
“el buen uso del ocio en una sociedad ideal sería el objetivo principal de la
educación, y su enfoque no podía ser más moderno”. En respuesta a Thoreau, Hall
le indica que “la falta de preparación para emplear el tiempo libre es la
adición al trabajo, un síndrome que se puso en evidencia tras la Segunda Guerra
Mundial.”
Me parece muy bien que, en nuestro país, por fin, se esté experimentando en la reducción de las 40 horas semanales y en su lugar sean 32 con el mismo salario. Dedicamos muchas horas a trabajar y pocas horas a nuestros seres queridos y a nosotros mismos. No obstante, debemos tener en cuenta el comentario que hace Victoria Camps en su libro Virtudes públicas: La reducción del tiempo de trabajo no es un objetivo emancipador si no va unida a la reducción de la esfera de actividades económicas y mercantiles en provecho de una expansión de la esfera de las actividade desarrolladas por sí mismas, por gusto, placer, vocación, pasión, amor.
Es
necesario un debate en profundidad sobre el tema, ¿no creen?
viernes, 31 de marzo de 2023
La guerra nuclear
Estos días estoy
leyendo un libro sobre la vida y el pensamiento del filósofo británico Bertrand
Russell, sobre todo las referencias a la Educación, que son clave para este
filósofo. Pero en este artículo quiero recordar algunas de las menciones que
hace sobre la guerra. Tal vez por ello es muy contundente en sus comentarios y
tal vez nos interese por su actualidad
Como millones de
personas el filósofo Bertrand Russell (1872-1971) sufrió las dos grandes
guerras mundiales. En su obra Elogio a la ociosidad (1956), explica que
“actualmente el mundo está lleno de grupos iracundos y egocéntricos, incapaces
de considerar la vida humana como un todo, y dispuestos a destruir la
civilización antes que retroceder una pulgada.” Imagino estarán pensando lo
mismo que un servidor: cuánta razón tenía Russell, aunque tengo que reconocer
que me produce escalofríos.
A medida que
profundizo en el pensamiento de Russell, me llama la atención algunos de sus
comentarios sobre la guerra. En 1958, escribió el artículo: “El papel de la
ciencia en la educación”, en donde manifiesta lo positivo, pero también lo
negativo de la ciencia, y muestra que los descubrimientos de la ciencia moderna
“han puesto en las manos de los gobernantes poderes sin precedentes tanto para
el bien como para el mal.” Russell en su Autobiography confiesa que, durante
los años 40 y los primeros 50 del siglo XX, se hallaba en estado de confusa
agitación precisamente debido al problema nuclear.
Explica David
Ortega (2003), en su libro Educación, libertad y tolerancia, que en 1955
Russell ofreció una conferencia de prensa en Caxton Hall-Westminster, para dar
a conocer un manifiesto, firmado por un grupo de científicos sobre el armamento
nuclear en el que se proclamaba, entre otras que: “los científicos deberían
hacer que el público y los gobiernos del mundo sean conscientes de los hechos
mediante una gran campaña popular […] en estos momentos considero que es un
deber hacer que el público conozca la situación.”
Russell, presidió
la primera conferencia entre científicos del Este y del Oeste que se celebró en
1957 en Pugwash, y se llamó Conferencia Pugwash de Científicos. De ahí
surgió el Tratado de Limitación de Pruebas Nucleares por el que se
prohibían parcialmente las pruebas sobre superficie en tiempos de paz. En 1959,
Russell escribió La guerra nuclear ante el sentido común, en un esfuerzo
por evitar el daño que supondría una contienda con bombas de hidrógeno a gran
escala.
Desde entonces han
transcurrido casi 65 años y cabe preguntarse: ¿Dónde está la responsabilidad
social de los científicos? ¿Tenemos ahora motivos para estar más preocupados
por la energía nuclear? ¿una guerra nuclear acabará con nuestra civilización? La
respuesta es sencilla porque la situación actual en el mundo es muy
preocupante, sobre todo a partir de la invasión de Ucrania por Rusia; la ruptura
unilateral del compromiso del armamento nuclear por parte soviética; y la
actitud de China a la espera de la mínima acción de EEUU en Taiwán para
emprender una acción bélica.
Por último, el
filósofo y sociólogo francés Edgar Morin (2021), “echa en falta la capacidad de
afrontar los problemas fundamentales y globales del individuo, del ciudadano,
del ser humano”. La proliferación de las armas nucleares y su descontrol son un
gran problema. Hay que salir a la calle y manifestarse, llenar las plazas y las
calles de gente con pancartas exigiendo que paren las hostilidades o de lo
contrario paramos todo, porque estamos en una nueva y escalofriante guerra fría
a nivel mundial.
domingo, 19 de marzo de 2023
miércoles, 8 de marzo de 2023
lunes, 6 de marzo de 2023
Caminar, síntoma de rebeldía contra el sistema
El
otro día me fui a caminar, como casi todos los días, y más ahora que tengo más
tiempo ya que desde el 29 de diciembre soy un jubilado más. A lo largo del
paseo sin prisa, pero sin pausa tuve tiempo para pensar en el significado de la
acción que estaba ejecutando, caminar. Este artículo va del significado y de la
importancia de caminar. Como manifiesta David Le Breton (uno de los autores
franceses contemporáneos más destacados en estudios antropológicos) en su libro
Elogio del Caminar (2022): “Caminar es una apertura al mundo”. Mientras
caminamos nos sumergimos en “una forma activa de meditación que requiere una
sensibilidad plena”. A mí que me gusta caminar comparto totalmente sus ideas,
por ejemplo, que al final del camino uno/a acaba transformándose, disfrutando
del tiempo más que sometiéndose a las prisas y urgencias de los hechos que nos
rodean.
Caminar,
como explica Le Breton, “es a menudo un rodeo para el reencuentro con uno
mismo”. Ciertamente, y citando a Leroi-Gourhan (1982) la “especie humana
comienza por los pies”. Téngase en cuenta que apenas hemos cambiado desde el
Neolítico. Tenemos el mismo cuerpo. Es más, afirmaba en los años cincuenta del
siglo veinte Roland Barthes que caminar es “mitológicamente el gesto trivial y
por lo tanto el más humano”.
En
mi opinión, es apasionante entender el significado que ha jugado a lo largo de
la historia este hecho tan trivial como es caminar y descubrir cómo ha influido en muchos filósofos: Sócrates,
Rousseau, Nietzsche, Kant, por citar solo a
algunos. Sin ir más lejos, la prestigiosa
clasicista británica Edith Hall en su maravilloso libro La senda de
Aristóteles (2022), comienza hablando de la felicidad y del pensamiento de
este filósofo. Tradicionalmente la escuela
de pensamiento aristotélico se ha denominado “peripatética”, que significa
“salgo a caminar, a dar un paseo”. Explica Edith en su libro que “igual que a
Platón, su maestro, y que Sócrates, el maestro de Platón, a Aristóteles le
gustaba reflexionar mientras andaba.”
Hay
que caminar y pensar, como reconoce Luciano Concheiro (2016) “la identidad se
confunde bajo el estigma de la turbotemporalidad, caminar es un síntoma de
rebeldía contra el sistema”. Una rebeldía que matiza José Carlos Ruiz en Filosofía
ante el desánimo (2021) para quien, “marchar en silencio es otra rebeldía,
un acto en el cual el pensamiento se muestra sin constricciones”. Muestra Ruiz,
que los filósofos de la escuela cínica fundada en la antigua Grecia durante la segunda
mitad del siglo IV a.C. demostraban una especial predilección por ser errantes,
sin convención social, sin camino concreto porque “lo esencial estaba en la
acción, en el ejemplo…”. El ensayista Ramón del Castillo (2020), citado por Ruiz
en el libro mencionado, cree ver un tipo de filosofía diferente en aquellos que
son grandes andarines. Por ejemplo, para Nietzsche lo importante se produce
durante el paseo, se piensa mejor al aire libre porque no hay influencia de los
pensamientos de otros que puedan contaminar. Sin embargo, uno de los filósofos paseante
más famoso fue Immanuel Kant, que lo hacía por las mismas calles a la misma hora
y en solitario. Para Kant, la “rutina” era
un elemento esencial en su vida. Uno de sus amigos, el alemán Schell, reconocía
que el paseo relaja las tiranteces del cuerpo producidas por el trabajo. Seguro
que están de acuerdo con esa afirmación.
El
caso de Thoreau (1817) es también muy interesante.
Según Ruiz (2021), este filósofo, “ha sabido construir sobre el hecho de pasear
toda una filosofía de vida” y llegó a declararse insumiso, escribió un tratado
sobre el arte de caminar y diseñó toda una filosofía económica donde el valor
de la producción debería medirse no tanto por la ley de la oferta y la demanda
sino por la cantidad de vida que uno tiene que dar mientras produce. Otro gran
caminante.
Por
último, al tratar el tema de caminar hay que hacer mención a las marchas
multitudinarias, a las manifestaciones, concentraciones, tanto reivindicativas
como festivas y lúdicas. Hace años la mejor manera de reivindicar los derechos
laborales era salir juntos y manifestarse, Algunos hemos vivido esos
acontecimientos de forma apasionada. Ahora, reconoce Ruiz, “las grandes marchas
conjuntas han ido perdiendo vigencia e identidad”. Totalmente de acuerdo, pero
eso es otra cosa de la que ya hablaremos en otra ocasión.
Es necesario cada día caminar solo o acompañado, en la ciudad o en el campo. Caminar porque, como decía Machado, “Caminante no hay camino se hace camino al andar”. Construimos nuestro camino y mientras tanto disfrutamos. Lo importante no es la meta sino el tiempo que se invierte en el camino hasta llegar al destino. Observar lo que sucede, oler, sentir y saborear mientras se camina. Caminar es un acto de rebeldía contra el sistema y el apoltronamiento.
martes, 21 de febrero de 2023
Las Escuelas-Taller: un salvavidas para la juventud y el Patrimonio
Estos
días pasados estuve en Aguilar de Campoo (Palencia), cuna de las Escuelas-Taller
en España, programa de empleo y formación, que comenzó con seis en 1985 y a
través del Fondo Social Europeo se llegó a superar los sesenta mil alumnos/as
en 1998 junto con las Casas de Oficios. En 1991 el programa se extendió por
América Latina, el Caribe y posteriormente a África y Asia. Para que se hagan
una idea de 1991 a 2017 se crearon Escuela-Taller en 24 países, 290 proyectos y
participaron 37.091 jóvenes.
El
motivo de la visita ha sido recabar información para mi tesis doctoral. Tras la
entrevista realizada a Jaime Nuño, director del Centro de Estudios del Románico,
de la Fundación Santa María La Real, sigue en mi mente las siguientes
preguntas: ¿Qué hubiera sido del Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de
España sin la intervención de las Escuelas-Taller? o ¿el Monasterio de Santa María
La Real, que estaba en ruinas, ahora estaría restaurado? o ¿qué hubiera sido de
las miles de piezas valiosas de nuestro Patrimonio Mueble (cuadros, tapices, muebles,
instrumentos musicales, etc.), si no hubieran sido restauradas por las Escuelas-Taller?
Seguramente, seguirían abandonadas o destruidas en sótanos o rincones de
edificios públicos. Actualmente y gracias a la actuación de miles de jóvenes en
todo el territorio nacional esos monumentos que se encontraban en ruinas están
en pie. Se pueden visitar o se han convertido en sede de edificios públicos, algunos
de ellos relacionados con la formación, el empleo y el desarrollo local.
Otra
pregunta que cabe plantearse y no menos importante es la siguiente: ¿Qué
hubiera sido de esos miles de jóvenes, sin apenas estudios básicos, si no
hubieran participado en una Escuela-Taller? Seguramente no habrían salido de la
fila del desempleo durante años. Sin embargo, gracias a las Escuelas-Taller, pudieron
acceder a su primer empleo e incluso se dieron de alta como autónomos y crearon
su propia empresa. Otros jóvenes, por su parte, retomaron los estudios
abandonados preparándose de este modo para su inserción laboral. Estando en la
Fundación tuve la ocasión de entrevistar a Rosa Martín, exalumna y docente de varias
Escuelas-Taller en Aguilar de Campoo que, actualmente es maquetista de
Ornamentos Arquitectónicos, una pequeña empresa nacida en el seno de la
Fundación Santa María la Real. Un taller de maquetas que en la actualidad
cuenta con más de seiscientas referencias la mayoría de ellas reproducen elementos
del patrimonio nacional, pero también de países vecinos como Francia.
La
formación era clave
A
lo largo de la conversación con Martín, recordando sus años como docente explicaba
la precaria situación académica con la que llegaba el alumnado. Sin embargo, al
finalizar su periodo de formación en la Escuela-Taller se marchaban con el
Graduado Escolar. En seis años, más de cien alumnos se lo pudieron sacar allí
mismo, comentaba Martín. A este respecto, Jaime Nuño me explicó recordando su
época como director de Escuelas-Taller en Aguilar de Campoo, que la formación era
clave. En su caso, tenía que ser ejemplarizante porque “las formas son
importantes”: el respeto, la calidad de la enseñanza, la implicación de todo el
personal, la responsabilidad, la puntualidad, etc. Por mi experiencia en este
programa, coincido totalmente con sus palabras porque es cierto que muchos jóvenes,
mujeres y hombres, han concluido sus estudios básicos y otros han encontrado su
primer empleo gracias a la Escuela-Taller en la que han participado como alumnado.
La
visita a Aguilar de Campoo ha sido muy gratificante e instructiva. Una parte de
ella repasando documentación me encontré con unas declaraciones de José María
Pérez (Peridis), artífice de las Escuelas-Taller, que afirmaba: “Lo
revolucionario de este programa radica en que la enseñanza es circular, todos
forman a todos. Los artesanos enseñan a los chicos y a los titulados -jóvenes
parados de entre 16 y 25 años- a trabajar la piedra, la madera, el hierro y el
ladrillo… y entre todos se rehabilita un patrimonio social.” (El País 1986)
Como
explica Peridis, en su libro Hasta una ruina puede ser una esperanza
(2017) podemos encontrar un ejemplo de ruina y de esperanza visitando el Monasterio
de Santa María de la Real, y comprobar el enorme trabajo que allí realizaron
las Escuelas-Taller.
Si
las Escuelas-Taller fueron un salvavidas para los jóvenes y para nuestro
Patrimonio Histórico, también pueden serlo para nuestros jóvenes de hoy.