Hace ya unos días que voy siguiendo a través de los medios de comunicación la anunciada reforma que el gobierno de la nación quiere hacer en la formación profesional. Cuando me enteré, francamente me alegré y me dije: ¡Ya era hora que se tomen en serio la formación profesional en este País¡.
Los primeros datos de esa reforma lo encontré en la nota de prensa de la misma Presidencia del Gobierno el día 24 de junio en al que anunciaba a través de la intervención anual del Presidente en el Consejo Económico y Social, CES que antes de agosto se aprobará medidas para potenciar la formación profesional.
La nueva formación profesional ha de comprender las necesidades de las empresas modernas ha de ser realista y pisar fuerte, pero con los pies en la tierra. A ver si de una vez por todas podemos desterrar el estigma de los que piensas que estudiar formación profesional es sinónimo a no querer estudiar, pues todavía hay quien lo piensa. Es una etiqueta que ha pesado mucho en este país. Todo lo contrario que en Alemania por ejemplo, en donde todos los gobiernos sean del signo que sean han apostado por la formación profesional como punta de lanza de la Educación de sus jóvenes. En ese caso por al Formación profesional dual más cercana a las empresas que en nuestro actual sistema educativo.
Es fundamental, una nueva formación que comprenda las necesidades de las empresas modernas y que destierre la idea extendida de que la formación profesional es el destino de los fracasos escolares; al tiempo que se incorporen las nuevas tecnologías. Para ello, las administraciones deben estar al tanto de los requerimientos de los sectores productivos en cuanto a sus demandas de formación profesional, con el fin, de adecuar sus estructuras educativas a las exigencias del mercado de trabajo y a la demanda de empleo cualificado.
Jóvenes cualificados
Al mismo tiempo la empresa, grande, pequeña y mediana, debe colaborar más estrechamente en este tipo de formación. Téngase en cuenta que la formación profesional ha demostrado que bien ejecutado el plan educativo se obtiene profesionales perfectamente cualificados para realizar tareas de gran valor para las empresas. En este sentido, también hay que mencionar a las Escuelas Taller, Programa de formación y empleo, dependiente del Ministerio de Trabajo, que va dirigido a jóvenes de 16 a 24 años. Un programa que ha alcanzado altas cotas de inserción laboral y está considerado por los expertos como uno de los mejores a nivel europeo que trabaja con jóvenes desfavorecidos o que provienen del “fracaso escolar”. Habrá que tomar nota de sus éxitos.
Para Juan María Menéndez-Valdés, responsable de formación del Departamento de Relaciones Laborales de la CEOE, los problemas que hay que solventar son "la falta de reconocimiento social de los sistemas de formación, el alejamiento del mercado, la ineficacia de los sistemas de orientación, la insuficiente atención a los sistemas de calidad, la descoordinación y la falta de transparencia de los sistemas de formación y acreditación".
Por su parte, Javier Ferrer, presidente de FORCEM, reduce los problemas a uno: "Lograr una formación profesional adaptada a la realidad laboral e industrial. Encontrar los mecanismos para conseguirlo es el gran desafío", afirma. El diagnóstico de Amparo Valcarce, responsable de Educación del PSOE, incide en los recursos económicos: "Existe una necesidad de disponer de la financiación suficiente para ofrecer una FP de calidad y también para incrementar la oferta de especialidades", asegura la diputada socialista. Por último, Teodoro Escorial, representante de la Ejecutiva Confederal de UGT aprecia "una falta de oferta atractiva y suficiente para los jóvenes al final de la ESO y la inexistencia de un sistema de cualificaciones que permita la conexión entre los diversos subsistemas y el acceso al reconocimiento de las cualificaciones vinculadas a la experiencia laboral".
Sirva pues para la reflexión lo que la Comisión Europea definió en 1989 a la formación profesional (FP) como "toda forma de enseñanza que cualifique para una profesión, oficio o empleo". Una descripción que advierte sobre la complejidad de la formación Profesional; pues no existe en la UE un modelo de formación profesional único, reconocido por las instituciones comunitarias y válido para todos los estados miembros. Esto es así porque refleja la evolución social de cada país y ha de responder a las necesidades del mercado de trabajo, sometido en los últimos años a las transformaciones, innovaciones tecnológicas y nuevas formas de organización social que también han afectado a España, inmersa en los últimos años en un intenso debate sobre la naturaleza de la formación profesional.
Los primeros datos de esa reforma lo encontré en la nota de prensa de la misma Presidencia del Gobierno el día 24 de junio en al que anunciaba a través de la intervención anual del Presidente en el Consejo Económico y Social, CES que antes de agosto se aprobará medidas para potenciar la formación profesional.
La nueva formación profesional ha de comprender las necesidades de las empresas modernas ha de ser realista y pisar fuerte, pero con los pies en la tierra. A ver si de una vez por todas podemos desterrar el estigma de los que piensas que estudiar formación profesional es sinónimo a no querer estudiar, pues todavía hay quien lo piensa. Es una etiqueta que ha pesado mucho en este país. Todo lo contrario que en Alemania por ejemplo, en donde todos los gobiernos sean del signo que sean han apostado por la formación profesional como punta de lanza de la Educación de sus jóvenes. En ese caso por al Formación profesional dual más cercana a las empresas que en nuestro actual sistema educativo.
Es fundamental, una nueva formación que comprenda las necesidades de las empresas modernas y que destierre la idea extendida de que la formación profesional es el destino de los fracasos escolares; al tiempo que se incorporen las nuevas tecnologías. Para ello, las administraciones deben estar al tanto de los requerimientos de los sectores productivos en cuanto a sus demandas de formación profesional, con el fin, de adecuar sus estructuras educativas a las exigencias del mercado de trabajo y a la demanda de empleo cualificado.
Jóvenes cualificados
Al mismo tiempo la empresa, grande, pequeña y mediana, debe colaborar más estrechamente en este tipo de formación. Téngase en cuenta que la formación profesional ha demostrado que bien ejecutado el plan educativo se obtiene profesionales perfectamente cualificados para realizar tareas de gran valor para las empresas. En este sentido, también hay que mencionar a las Escuelas Taller, Programa de formación y empleo, dependiente del Ministerio de Trabajo, que va dirigido a jóvenes de 16 a 24 años. Un programa que ha alcanzado altas cotas de inserción laboral y está considerado por los expertos como uno de los mejores a nivel europeo que trabaja con jóvenes desfavorecidos o que provienen del “fracaso escolar”. Habrá que tomar nota de sus éxitos.
Para Juan María Menéndez-Valdés, responsable de formación del Departamento de Relaciones Laborales de la CEOE, los problemas que hay que solventar son "la falta de reconocimiento social de los sistemas de formación, el alejamiento del mercado, la ineficacia de los sistemas de orientación, la insuficiente atención a los sistemas de calidad, la descoordinación y la falta de transparencia de los sistemas de formación y acreditación".
Por su parte, Javier Ferrer, presidente de FORCEM, reduce los problemas a uno: "Lograr una formación profesional adaptada a la realidad laboral e industrial. Encontrar los mecanismos para conseguirlo es el gran desafío", afirma. El diagnóstico de Amparo Valcarce, responsable de Educación del PSOE, incide en los recursos económicos: "Existe una necesidad de disponer de la financiación suficiente para ofrecer una FP de calidad y también para incrementar la oferta de especialidades", asegura la diputada socialista. Por último, Teodoro Escorial, representante de la Ejecutiva Confederal de UGT aprecia "una falta de oferta atractiva y suficiente para los jóvenes al final de la ESO y la inexistencia de un sistema de cualificaciones que permita la conexión entre los diversos subsistemas y el acceso al reconocimiento de las cualificaciones vinculadas a la experiencia laboral".
Sirva pues para la reflexión lo que la Comisión Europea definió en 1989 a la formación profesional (FP) como "toda forma de enseñanza que cualifique para una profesión, oficio o empleo". Una descripción que advierte sobre la complejidad de la formación Profesional; pues no existe en la UE un modelo de formación profesional único, reconocido por las instituciones comunitarias y válido para todos los estados miembros. Esto es así porque refleja la evolución social de cada país y ha de responder a las necesidades del mercado de trabajo, sometido en los últimos años a las transformaciones, innovaciones tecnológicas y nuevas formas de organización social que también han afectado a España, inmersa en los últimos años en un intenso debate sobre la naturaleza de la formación profesional.
Hola Antonio, su blog está interesante y nos gustaría ponernos en contacto con Ud. para hablarle de un tema en especial. Si fuera tan amable de responder a ulises.inte@gmail.com, le agradeceremos.
ResponderEliminarladrillazo horribilis
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