El paro se ceba con los varones jóvenes sin estudios, es uno de los titulares que mas se repetía en los distintos medios de comunicación estos días. La causa, señalan, el desplome de la construcción. Por tanto, los más débiles, nuestros jóvenes y los que abandonaron los estudios en su día y decidieron trabajar, son los que están pagando las consecuencias. ¿Pero acaso a alguien le extraña que eso ocurra, que eso sea así?. Como indicaba uno de los medios de comunicación, “por primera vez las mujeres no son señaladas como el colectivo más vulnerable” En tan solo 12 meses, según fuentes de la UGT, el crecimiento del desempleo se ha disparado hasta un 10 por ciento, lo que supone un incremento en un año de 7.700 desempleados más respecto al año pasado.
Lo más duro de la noticia es sin duda que la “política del ladrillo” se está cobrando las primeras “víctimas”, se ceba precisamente con los mas débiles, los jóvenes y además los sin cualificación. Con estos datos es para reflexionar profundamente y tomar medidas. Esto es muy serio y además era previsible. Seguimos manteniendo unas altas tasas de abandono escolar en nuestro país y especialmente en la Comunidad Valenciana. Y nadie ha hecho nada al respecto, no se ha previsto. Los jóvenes que no quieren estudiar tenían la salida fácil a trabajar: la obra. Porque allí iban a encontrar trabajo y ganar un dinerillo y a funcionar. Un trabajo con todos los calificativos de precario y mientras tanto esos jóvenes continuando con su escasa cualificación. Y lo que también era evidente es que la “política del ladrillo”, construir todo y con todo iba a tocar fondo, pues entre otras muchas mas causas, el propio descontrol de la compra, venta, recalificación y construcción iba a bajar en picado. No es necesario hacer una tesis doctoral para darse cuenta de eso. Y la segunda parte la veremos dentro de no pocos años, la calidad con que se está construyendo. ¡Al tiempo las sorpresas que vamos a tener con y como se está construyendo¡.
Por el contrario si tenemos jóvenes en paro y sin cualificación, lo que se tiene que hacer es invertir en formación. Y esto no es nada nuevo, lo llevan diciendo desde la Comisión europea en sus distintos foros cuando se trata del empleo y especialmente el de los jóvenes. Pero aquí, como si no fuera con nosotros. Todavía estamos esperando las anunciadas reformas en la Formación Profesional, que por cierto iban a aparecer antes de agosto. Precisamente tenemos una de las mejores herramientas para trabajar y combatir la baja cualificación de nuestros jóvenes: Las Escuelas Taller. Unos programas que llevan funcionado desde el año 85 con resultados óptimos en inserción laboral y con el colectivo que nos ocupa. Bien es cierto que se lleva varios años sin tocar un ápice la Orden que regula el Programa; pero bien es cierto también que hay propuestas hechas, lo que tienen que hacer señores y señoras responsables de las políticas activas de empleo es “ponerse las pilas” y llevarlas a cabo.
En cuanto a los políticos, el reto actual de aquellos que se autodenominan progresistas es lograr que sean vistos de nuevo por las grandes mayorías sociales. Tienen que cambiar al mismo ritmo y en la misma dirección que las aspiraciones ciudadanas de los sectores más dinámicos de la sociedad.
Además, téngase en cuenta, que los jóvenes son los más exigentes y no conciben, ni aceptan prácticas políticas del pasado. Por ese motivo, entre otros, tengan en cuenta que deben conseguir una mayor permeabilidad en las relaciones con el conjunto de los ciudadanos, entendiendo que la sociedad es cada vez mas compleja y diversificada. También “pónganse las pilas” y trabajen en buscar fórmulas para solucionar este problema que no ha hecho más que empezar y afecta a los mas débiles.
Lo más duro de la noticia es sin duda que la “política del ladrillo” se está cobrando las primeras “víctimas”, se ceba precisamente con los mas débiles, los jóvenes y además los sin cualificación. Con estos datos es para reflexionar profundamente y tomar medidas. Esto es muy serio y además era previsible. Seguimos manteniendo unas altas tasas de abandono escolar en nuestro país y especialmente en la Comunidad Valenciana. Y nadie ha hecho nada al respecto, no se ha previsto. Los jóvenes que no quieren estudiar tenían la salida fácil a trabajar: la obra. Porque allí iban a encontrar trabajo y ganar un dinerillo y a funcionar. Un trabajo con todos los calificativos de precario y mientras tanto esos jóvenes continuando con su escasa cualificación. Y lo que también era evidente es que la “política del ladrillo”, construir todo y con todo iba a tocar fondo, pues entre otras muchas mas causas, el propio descontrol de la compra, venta, recalificación y construcción iba a bajar en picado. No es necesario hacer una tesis doctoral para darse cuenta de eso. Y la segunda parte la veremos dentro de no pocos años, la calidad con que se está construyendo. ¡Al tiempo las sorpresas que vamos a tener con y como se está construyendo¡.
Por el contrario si tenemos jóvenes en paro y sin cualificación, lo que se tiene que hacer es invertir en formación. Y esto no es nada nuevo, lo llevan diciendo desde la Comisión europea en sus distintos foros cuando se trata del empleo y especialmente el de los jóvenes. Pero aquí, como si no fuera con nosotros. Todavía estamos esperando las anunciadas reformas en la Formación Profesional, que por cierto iban a aparecer antes de agosto. Precisamente tenemos una de las mejores herramientas para trabajar y combatir la baja cualificación de nuestros jóvenes: Las Escuelas Taller. Unos programas que llevan funcionado desde el año 85 con resultados óptimos en inserción laboral y con el colectivo que nos ocupa. Bien es cierto que se lleva varios años sin tocar un ápice la Orden que regula el Programa; pero bien es cierto también que hay propuestas hechas, lo que tienen que hacer señores y señoras responsables de las políticas activas de empleo es “ponerse las pilas” y llevarlas a cabo.
En cuanto a los políticos, el reto actual de aquellos que se autodenominan progresistas es lograr que sean vistos de nuevo por las grandes mayorías sociales. Tienen que cambiar al mismo ritmo y en la misma dirección que las aspiraciones ciudadanas de los sectores más dinámicos de la sociedad.
Además, téngase en cuenta, que los jóvenes son los más exigentes y no conciben, ni aceptan prácticas políticas del pasado. Por ese motivo, entre otros, tengan en cuenta que deben conseguir una mayor permeabilidad en las relaciones con el conjunto de los ciudadanos, entendiendo que la sociedad es cada vez mas compleja y diversificada. También “pónganse las pilas” y trabajen en buscar fórmulas para solucionar este problema que no ha hecho más que empezar y afecta a los mas débiles.
Pues te dejo mi voto en 20 minutos,
ResponderEliminarinteresante,,, debes trabajarle un poco el diseño, pero tiene muy buen material