Francesc Romeu, la locomotora del socialismo valenciano

El socialismo valenciano necesita urgentemente una locomotora que tire de los vagones de un tren, que lleva tres legislaturas, es decir doce años perdiendo velocidad e incluso perdiendo más de un vagón. De todo ello, los que sin duda sufren esa falta de atino de sus dirigentes y consiguientes estrategias son los jóvenes. Unos jóvenes cada vez más exigentes que no conciben ni aceptan ciertas prácticas políticas propias del pasado (sólo hay que repasar los datos de los informes Juventud 2004-07 y verán la escasa participación en política, incluso incrementándose el desinterés con el paso de los años) y en este sentido se ha avanzado bien poco en el seno del partido socialista.

Nuevas expresiones de pluralismo político están surgiendo y transformándose en un tejido asociativo, en el que participan cada vez más jóvenes, que defienden o reivindican intereses concretos identificados en su gran parte con el pensamiento progresista. Pero, eso no se traduce en las urnas. ¡Algo está pasando¡ Por tal motivo, el PSPV-PSOE debería ser capaz de establecer formas flexibles de relación, no para absorber a esa Juventud o patrimonizarla; sino más bien, con miras a una voluntad clara de contribuir juntos a abrir cauces sociales y políticos efectivos a través de los que puedan expresarse de forma participativa a la sociedad. 

El reto del PSPV-PSOE debe ser lograr que sea visto de nuevo por las grandes mayorías sociales, como instrumento político situado a la vanguardia de los esfuerzos por lograr nuevos avances sociales y políticos. Para lo que debería a mi entender, cambiar en la misma dirección y ritmo que las aspiraciones ciudadanas en los sectores más dinámicos de la sociedad. Y una de las claves para esa proximidad al ciudadano es precisamente profundizar en la participación, abriendo nuevos cauces de participación política y de avances sociales. Debe convertirse en un partido democrático de participación, cosa que hasta la fecha ha brillado por su ausencia, y sino a los datos de estos doce últimos años.

El partido socialista de los valencianos tiene que orientarse, en su proceso interno, hacia una profundización de los mecanismos de participación y corresponsabilidad ciudadana activa y positiva. En el plano externo, la dirección que surja debe conseguir una mayor permeabilidad en las relaciones con el conjunto de los ciudadanos, entendiendo que la sociedad es cada vez más compleja y diversa. La práctica política deberá ir adaptándose a esa nueva situación compleja y diversificada, superando cualquier atisbo al absolutismo interno. Al tiempo, que debe estar atento y compartir de buen grado los espacios del juego político con otros partidos y organizaciones. Y porque no, buscar fórmulas para recuperar la práctica ateniense de participación en las relaciones del “cara a cara”.

En esa fórmula ateniense del cara a cara, Francesc Romeu ha conseguido, poner en “pie de guerra” a todo el “aparato” del partido, movilizar e ilusionar las bases socialista con ese “Sí, nosaltres podem!”, y un cambio en las formas y maneras de hacer política en nuestra Comunidad Valenciana: reflexionar sobre las ideas y el pensamiento socialista. ¡Hablar de política, y no de los políticos¡