Han pasado más de cincuenta y cinco años del estreno de Plácido, una de las mejores comedias
dirigida por Luis García
Berlanga. Esta película se gestó a partir de una campaña ideada por el
régimen franquista, bajo el lema Siente
un pobre a su mesa. Se trataba de invitar a un pobre de solemnidad una
noche a la mesa de los ricos; no con intención de ayudar a todos los pobres a
salir de su condición sino a uno como un acto puntual de caridad.
Mucho dista de aquellos años del
franquismo, más rancio y duro, pero sin embargo esa pobreza que se muestra en ese
magnífico film se ha multiplicado por miles desde 2008. Basta con salir a la
calle y comprobar el número de personas que piden en las puertas de
supermercados y esquinas, o que duermen en los cajeros. Pero estos no son los
únicos pobres.
En el último informe “El estado
de la pobreza en España 2017”, publicado recientemente por European Anti Poverty Network (EAPN)
con motivo del día Mundial de la Erradicación de la Pobreza, nuestro país no
sale bien parado porque cerca de 13 millones de españoles se encuentran en
riesgo de pobreza o exclusión social. De hecho, se indica que en 2016 la Tasa de Riesgo de Pobreza alcanzó el 22,3% de la población española; señalando que
esta cifra “es la más alta de toda la serie histórica”.
Lo más alarmante, y a diferencia
del eslogan mencionado arriba, es que el perfil del pobre ha cambiado: ahora es
el de muchos/as trabajadores/as. Según el citado informe EAPN, el 30 % de las personas que se encuentran
en riesgo de pobreza y exclusión social actualmente se encuentran trabajando y
el 15 % poseen estudios superiores.
Por grupos de edad, el informe
sitúa la Tasa de Pobreza Infantil en
el 29,7%, cifra que es 7,4 puntos porcentuales superior a la tasa del conjunto
de la población y supone la segunda más alta de la serie histórica y para todos
los grupos de edad. En España, uno de cada tres niños y niñas está en riesgo de
pobreza y/o exclusión social. Por su parte, los
jóvenes (de 16 a 29 años) salen igualmente malparados. Su tasa de pobreza
ha registrado “un extraordinario incremento cifrado en 11,5 puntos
porcentuales, hasta llegar al 29,6% de personas en riesgo de pobreza en el año
2016, guarismo que este año es el más alto de todos los grupos de edad”. Por
último, el grupo de personas de 45 a 62 años también sale malparado, con un
21,9% de pobreza.
Sin embargo, estos datos se
maquillan y enmascaran con cifras macroeconómicas para que parezca que todo va
bien y que no se ha perdido el estado del bienestar; o se esconden tras otras cuestiones políticas (tema catalán,
plagios académicos, memoria histórica, etc.). El problema real es que España es cada vez más pobre y la desigualdad entre
sus habitantes crece de forma alarmante.
Para concluir, apelo a los gobernantes,
políticos y ciudadanos: hay que erradicar
la pobreza en España, cuesto lo que cueste y por encima de cualquier asunto
porque es una cuestión de Estado urgente y prioritaria.
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